Los síntomas más comunes de la resaca son la deshidratación, el dolor de cabeza y las molestias gástricas, entre otros. Las comidas y cenas familiares y de amigos provocan que el consumo de alcohol se incremente y casi siempre vaya acompañado de la resaca del día siguiente, que se produce debido a la caída brusca de la concentración de alcohol en sangre cuando se ha realizado un consumo abusivo previo.
Otro factor que influye en la resaca es el tabaco: las personas que fuman tienen más resaca puesto que tanto la nicotina como el alcohol aumentan la liberación de dopamina en el sistema límbico (vinculado a las emociones y la memoria, entre otras) y que, juntas, aumentan la resaca.
Cómo reducir sus efectos
Aunque la clave para no tener resaca es no beber, el portal de salud Dmedicina da algunas recomendaciones para reducir sus efectos:
No beber en ayunas.
Evitar fumar a la vez que bebemos.
Tomar alimentos grasos antes de beber alcohol.
Ingerir preferiblemente hidratos de carbono.
No mezclar distintos tipos de alcohol.
Tomar fruta fresca.
Evitar mezclar fármacos y alcohol.
Consumir bebidas alcohólicas de calidad.
Tomar líquidos azucarados no cítricos, ya que los cítricos aumentan la acidez.
Comer huevos y fruta fresca también es bueno contra la resaca.
DC|EU