La democracia en Venezuela pierde cada día mayor vitalidad. El Gobierno viene cercenando derechos políticos a la ciudadanía, como la liquidación del referendo revocatorio a través de tribunales penales regionales que no tienen competencia en esta materia; presos políticos sin derecho a la defensa, llegando al extremo de la detención con características de secuestro del dip. Gilber Caro, la detención del concejal de Maracaibo Jorge Luis González y la solicitud de detención a Romer Rubio -ambos jóvenes dirigentes de alto compromiso democrático que hoy son víctimas de un Gobierno autoritario de impostura civilizada-. La policía política (SEBIN) y el G2 cubano son la versión de Pedro Estrada con su SN del siglo XXl, no respetan la decisión de sus propios órganos jurisdiccionales, convirtiendo a jueces y fiscales en instrumentos de sus felonías y perversiones. La Fiscalía o los Tribunales ordenan la libertad de algún ciudadano y los mantienen tras las rejas a lo Jalisco.
Este Gobierno no entiende la crisis porque todas sus energías están dedicadas a perseguir, torturar, encarcelar y asesinar a los adversarios políticos. El diálogo lo convirtieron en una burla para ganar tiempo… ¿Tiempo para qué? Si la situación de hambre y miseria es cada día mayor.
La Asamblea la emboscaron antes de ser elegida el 6D, convirtieron al TSJ en un órgano usurpador del Parlamento, ejecutando una larga lista de delitos que pagaran más temprano que tarde. Cada semana durante un año la inquisición tribunalicia lanza un zarpazo contra la representación popular, en un absoluto irrespeto a 14 millones de venezolanos que votaron para elegir al Parlamento Nacional. Hace 8 meses no les pagan a los diputados, ahora suspendieron el salario a empleados y obreros. El colmo del descaro es la hamponil decisión judicial de designar a una junta administradora para intervenir administrativamente la AN.
El Presidente Maduro cuya emulación a Bucaram es cada día mas intensa y frecuente, ahora pretendiendo venderle al país el señuelo de reinicio del diálogo, para seguir con este juego hipócrita que no concreta soluciones.
En diciembre 2016 terminó el período de los gobernadores y lo cierto es que los mandatarios regionales rojos reclamaron: «Si Maduro no se mide nosotros tampoco». Así anda la procesión interna en el PSUV.
La única solución pacifica en Venezuela es a través de un cronograma electoral. Lamento señalar que el Cogollo Rojo tomo la decisión de no contarse y para justificar el terror que le tienen a las elecciones inventaran calumnias, maniobras y mentiras de todos los calibres. Frente a un gobierno antidemocrático, la MUD está obligada a tomar medidas urgentes: Designar a una dirección política amplia resteada con el cambio; un plan de resistencia pacífica, una programación de calle para rescatar esta democracia en cuidados intensivos y exigir elecciones libres.
DC / José Luis Pirela / Diputado AN por San Francisco– Zulia / Notas Progresistas / @joseluispirelar