Incendios en Chile arrasan centenares de casas en horas

Un millar de casas del poblado de Santa Olga fueron tragadas la madrugada del jueves por uno de los incendios forestales que afectan al centro sur de Chile y que han consumido 160.000 hectáreas y cobraron la vida de siete personas.

«Es una situación de extrema gravedad, de horror, de pesadilla sin nombre, con un final que no tiene guion», dijo el alcalde de Carlos Valenzuela de Constitución, una ciudad balnearia vecina al poblado de Santa Olga, unos 360 kilómetros al sur de Santiago. «Todo se quemó», declaró.

«Me temo que hoy va a ser un día largo, que vamos a tener más malas noticias y nos falta aún descubrir una fotografía que nadie quiere ver», añadió en alusión a las decenas de poblados cercanos que estaban en el camino del fuego que avanza sin control por las fuertes ráfagas de viento que cambian de dirección cada minuto.

Los cerca de 6.000 pobladores de Santa Olga lograron evacuar el lugar antes de que las llamas consumieran su jardín de infantes, el retén policial, la posta y todas sus viviendas, relató el alcalde.

Valenzuela dijo que de momento se desconoce el paradero de dos ancianos que están desaparecidos desde el miércoles en las cercanías de Constitución.

Las tres personas muertas el miércoles -un bombero y dos policías- se sumaron a tres brigadistas que fallecieron calcinados mientras combatían un incendio en Vichuquén a mediados de mes y una séptima persona, de la que no se disponen más detalles, fue agregada el jueves a la lista de víctimas por la presidenta Michelle Bachelet.

El fuego empezó en Pumanque, una localidad cordillerana a 215 kilómetros al sureste de Santiago, y en pocos días llegó a poblados y a las puertas de ciudades costeras como Constitución y Concepción, 500 kilómetros al suroeste de la capital chilena.

El Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, advirtió que la situación meteorológica va a empeorar el jueves y viernes y que «se van a iniciar condiciones más complejas en las regiones del Biobio y La Araucanía». Esta última es una vasta zona plagada de bosques de pinos y eucaliptos propiedad de grandes empresas forestales y de araucarias, una especie de pinos milenarios que son el principal sustento de las poblaciones indígenas de mapuches que viven en la zona.

El jueves viajará a las zonas más afectadas una delegación de una treintena de brigadistas colombianos que llegó a colaborar con sus colegas chilenos. «Nunca he visto algo así. Un incendio tan grande», dijo uno de ellos. «Venimos con toda la voluntad y la intención. Estamos convencidos de que podremos ayudar». El viernes se espera que se les una un grupo de rescatistas mexicanos.

DC|ENH

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