¿Alguna vez te preguntaste cómo sería tu vida sin alcohol? Seguro que conocer esta realidad te estimulará a ir por el camino de la moderación la próxima vez que caiga una copa en tus manos.
Esto es todo lo que cambiará si te propones no acudir a este tipo de bebidas con tanta frecuencia:
Un estudio reciente publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research indica que el consumo de alcohol antes de dormir incrementa los niveles de patrones de las ondas alfa, los cuales ocurren cuando el cerebro está en actividad aunque estemos en reposo. Como resultado, la calidad del sueño desciende de forma notoria.
Por tanto, si eludes el alcohol tu cerebro no estará en estado de alerta y podrás dormir con más profundidad.
Según una publicación del American Journal of Clinical Nutrition, beber alcohol nos impulsa a comer mucho más. Una cantidad limitada de bebidas alcohólicas puede aumentar la actividad del hipotálamo y esto hace que nuestro sentidos sean más sensibles al olor de la comida y tengamos el deseo de ingerir una mayor cantidad de alimentos.
Beber alcohol incrementa la ingesta diaria de calorías. Una copa de margarita, por darte un ejemplo, aporta más de 300 calorías. Por consiguiente, si eliminas el alcohol de tu dieta te ahorrarás esas calorías extra que estuviste consumiendo hasta ahora.
Tu piel lucirá mucho más hidratada y suave al dejar de beber alcohol. Lo que ocurre es que tu cuerpo estará en mejores condiciones de absorber toda el agua que necesita. A su vez notarás que los parches de color rojizo alrededor de la nariz y en las mejillas comenzarán a desvanecerse.
Esta es una razón obvia…al dejar de beber, todo el dinero que gastabas con este propósito permanecerá en tu billetera.
Se sabe que el exceso de alcohol puede provocar trastornos de conducta que pueden transformarse en algo muy grave. Si dejas de tomar bebidas alcohólicas, tu estado de ánimo en general mejorará y tu autoestima se elevará, lo cual influirá en tu comportamiento hacia las demás personas y hacia ti mismo.
DC/Agencias