Una boda sin novia: la decisión de Donald Trump de bloquear la entrada de viajeros de siete países musulmanes a Estados Unidos rompió el corazón de un novio estadounidense, dejó en shock a su novia iraní y congeló sus planes indefinidamente.
Roozbeh Aliabadi, un consultor de empresas de 32 años, y Zhinous, una arquitecta de 31 años, se conocieron en una fiesta en Teherán dos años atrás, y se enamoraron. Se casaron en junio pasado en Irán, pero no hubo boda.
Aliabadi regresó a Estados Unidos y presentó un pedido a las autoridades para traer a su esposa, feliz con la idea de mostrarle el país que ama, de poder celebrar el casamiento aquí e instalarse. El plan de Zhinous era hallar un empleo, y el de Aliabadi el de aplicar a un programa de doctorado en una universidad.
El 17 de junio, en los días finales del gobierno de Barack Obama, supieron que la residencia permanente de Zhinous había sido aprobada. En éxtasis, la pareja pensó que estaría reunida para el día de San Valentín, el 14 de febrero.
Pero 10 días después, Trump suspendió las visas para ciudadanos de siete países -incluido Irán- por 90 días para revisar los procedimientos y determinar si se endurecerán las reglas de entrada al país.
«Estoy con el corazón destrozado», dijo Aliabadi a la AFP en una entrevista telefónica desde Pittsburgh, Pensilvania, donde está instalada su familia.
Nunca en sus sueños más oscuros pensó que esto podría ocurrir en Estados Unidos.
«No creo que podamos tener una boda si no tenemos una novia», dijo. «Francamente, dejamos de hacer planes».
DC/P