Luis Ortigoso Taipe y su esposa René Muriel Acrota viven el momento más difícil de su vida. El miércoles, personal del hospital Honorio Delgado, en Arequipa, les informó que su hijo había nacido muerto. Cuando quisieron recoger los restos del menor para enterrarlo, les dijeron que debido a un accidente el cuerpo estaba descuartizado.
Esta historia comenzó en Puno. En esa región, los médicos le indicaron a René Muriel que, debido a complicaciones en su embarazo, debía trasladarse al Honorio Delgado para recibir atención especializada.
La madre ingresó a cirugía, pero no para practicarle una cesárea sino para extraerle a la criatura, que ya había fallecido.
El cuerpo fue llevado al servicio de Patología. Una enfermera lo habría colocado, envuelto en una tela, cerca de ropa sucia. El personal de limpieza lo llevó a la lavandería. Al abrir la lavadora, encontraron el cuerpo sin las extremidades superiores. Tampoco tenía una parte del rostro. El padre del bebe asegura que los encargados quisieron entregarle el cuerpo en ese estado.
El gerente de Salud de Arequipa, Gustavo Rondón, ordenó una investigación minuciosa para determinar responsabilidades.
Negligencias anteriores
En el servicio de Patología del hospital Honorio Delgado el año pasado se denunció el cambio de dos bebes que nacieron el mismo día. Según se supo una obstetra se equivocó al colocar los cintillos de identificación en los recién nacidos.
El hecho ocurrió en abril, pero recién se descubrió en agosto, cuando una de las mujeres se hizo una prueba de ADN para determinar si su pareja era el padre del menor.
Por este caso 10 mujeres y sus bebes fueron sometidos a pruebas de ADN en el Instituto de Medicina Legal de Arequipa, hasta que el 12 de setiembre se logró establecer la relación entre la mujer que denunció el cambio de su bebe y un niño que fue entregado a otra mujer por error.
DC|El Comercio