Algo tan esencial como cuidar la postura al caminar o permanecer en reposo puede reducir de forma significativa los continuos dolores lumbares.
Al estar sentados lo idóneo es apoyar la espalda, o bien, verificar que permanezca recta.
En caso de hacer alguna actividad que implique levantar una carga pesada, las rodillas deben permanecer flexionadas para brindarle más soporte a la espalda.
Esto, entre otras cosas, mejora el desempeño durante las tareas laborales y, de hecho, aumenta los niveles de energía.
La práctica de ejercicios de respiración es uno de los mejores hábitos para promover la buena oxigenación de las células del cuerpo.
Al respirar de forma profunda los órganos reciben un suministro extra de oxígeno, lo que mejora la sensación de bienestar.
Inhalar y exhalar en repetidas ocasiones ha demostrado tener efectos positivos en el alivio de dolores fuertes como el de la zona lumbar.
Mientras que el reposo puede ayudar a calmar el dolor cuando es demasiado fuerte, la práctica diaria de ejercicios físicos y estiramientos puede ser útil para reducir su recurrencia.
Si bien el descanso favorece la relación de los músculos tensionados, es necesario ejecutar movimientos sencillos para reducir la rigidez y aumentar la fuerza.
Basta con dedicar de 15 a 20 minutos diarios a actividades sencillas como caminar, estirar o nadar, lo cual ayuda a trabajar los músculos que protegen la parte lumbar.
La aplicación de compresas frías y calientes es uno de los tratamientos naturales más antiguos para todos los tipos de dolencias musculares.
Ambas temperaturas mejoran la circulación sanguínea, ejercen un efecto antiinflamatorio y promueven la reducción de los dolores.
El sobrepeso y la obesidad son dos factores estrechamente relacionados con la recurrencia del dolor lumbar agudo y las dificultades en las articulaciones.
Esto se debe a que causan un sobresfuerzo en los músculos, dado que tienen que soportar una carga que va por encima de sus capacidades.
La acumulación de grasa, en especial en la cintura, es un factor influyente en este tipo de dolencias.
Por lo tanto, es primordial adoptar una dieta saludable e incorporar otros hábitos que ayuden a alcanzar un peso ideal.
Una costumbre tan sencilla (y necesaria) como dormir entre 7 y 8 horas diarias es un buen remedio para aliviar la tensión que se produce en la parte lumbar, el cuello y los hombros.
Durante el periodo de descanso los músculos se relajan y se produce un proceso de oxigenación óptimo que ayuda a calmar el dolor.
No obstante, también es fundamental verificar que se mantiene una buena postura al acostarse, ya que, de lo contrario, podrían generarse efectos adversos.
Las toxinas que contiene el cigarrillo disminuyen el flujo sanguíneo hacia la columna y, en casos más graves, aceleran la degeneración de los discos vertebrales.
Los fumadores directos y pasivos tienen hasta tres veces más probabilidades de padecer dolores de espalda recurrentes en comparación con los que no tienen este hábito.
Un elemento cotidiano como una pelota de tenis se puede utilizar como aliado terapéutico para disminuir la tensión en la zona baja de la espalda.
Basta con ponerla en el suelo y, posteriormente, tumbarse sobre la misma sin ejercer demasiada presión.
Tras hacer unos pocos movimientos, la circulación se activa y la sensibilidad se reduce de forma notable.
La elevación de las piernas es una sencilla técnica de relajación que puede ayudar a activar la circulación tanto en la zona lumbar como en la parte inferior del cuerpo.
Es necesario hacerlo acostado, en un lugar cómodo, procurando que la espalda permanezca erguida sobre el punto de apoyo.
Con aplicar estas simples recomendaciones se puede disminuir y prevenir el dolor lumbar, en especial cuando se desarrolla de manera frecuente.
Tenlo en cuenta a partir de ahora y dile adiós a este síntoma que interrumpe tus actividades.
DC/AGENCIAS