Los bancos británicos deben tener sólidas estructuras y personal adiestrado si es que quieren funcionar con licencias en Europa después de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, advirtió el lunes una supervisora del sector bancario europeo.
Sabine Lautenschlaeger dijo que los bancos en la UE después de la salida británica deberán tener «suficiente personal local e independencia operativa». Las autoridades europeas «no aceptarán empresas fantasmas», advirtió.
Actualmente un banco puede funcionar en los 28 países de la UE si tiene su base en uno de esos países. Los bancos que tengan su base en Londres — sean británicos o ajenos a Europa — podrían perder el acceso a la UE si Gran Bretaña se retira del bloque.
Hay varios centros financieros en Europa — como Fráncfort, Dublín y París — que ansían recibir las sedes financieras de cualquier compañía que opte por mudarse.
La primera ministra británica Theresa May ha declarado que el miércoles presentará la propuesta formal para que Gran Bretaña se salga de la Unión Europea y de sus acuerdos de libre tránsito de bienes y personas. Ello es a raíz del referéndum en junio pasado en que una mayoría de los británicos votó a favor de retirarse. Las condiciones para la retirada serán el tema principal de las negociaciones que durarán dos años y comenzarán en el momento en que May presenta su carta a la cúpula de la UE.
Lautenschlaeger dijo que las autoridades regulatorias están «preparadas para cualquier resultado que tengan las negociaciones, y los bancos lo deben estar también». Advirtió que las autoridades de la UE verán con suspicacia cualquier banco que esté comparando jurisdicciones para conseguir la que tenga reglas más flojas.
«Como supervisores, no vamos a participar en una carrera a ver quién tiene las peores reglas», expresó.
Destacó que los bancos podrían también acoplarse a un acuerdo en que se mantendrían bajo supervisión nacional. Algunos países exigen que las sucursales bancarias tengan reservas financieras para caso de pérdidas, pero otros no. Lautenschlaeger dijo que eso podría cambiar en un próximo proceso de revisión de la legislación bancaria europea.
DC|AP