La crisis alimentaria que se vive en el país afecta a todos los venezolanos de todas las edades y estatus sociales. Elías Leonardo Zambrano Machado, de 24 años de edad, falleció este lunes por desnutrición severa, parásitos y retraso mental, se lee en el certificado de defunción. Así se convierte en la más reciente víctima de la escasez en el estado Bolívar. Sus familiares no conseguían las medicinas que necesitaba el joven.
“A veces Elías comía lo que encontraba en el suelo. No teníamos para darle y teníamos que estar siempre pendientes de él”, expresó el padre de Elías, Crisanto Zambrano, en una entrevista a El Correo del Caroní.
El señor narró que trabaja en el campo, pero solo recibe sueldo mínimo sin el bono de alimentación. La poca comida que consigue para llevar a su hogar debe dividirla entre cinco personas.
Hasta principios de marzo, ocho niños habían muerto de hambre en San Félix. Más recientemente, la concejala Aida González (Acción Democrática) denunció que en el barrio José Tadeo Monagas, también en San Félix, cuatro ancianos habían muerto por complicaciones asociadas con la desnutrición.
En las últimas semanas la ciudad ha colapsado en varias oportunidades porque los vecinos de muchas comunidades han protestado por una razón: no hay comida. Eso, amén de que hace más de un año, el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció los CLAP como la solución definitiva contra la escasez.
Una de esas familias a las que la bolsa del CLAP le ha paliado el hambre apenas un par de veces y por dos días, es la de Elías Zambrano: gran parte de los dos paquetes que les llegaron lo destinaban a él.
“Él, cuando olía la comida, empezaba a darle a la puerta. Para pedir yuca, decía cuca”, recuerda su hermana. Pero la mayoría de las veces no había qué darle, y desde su silla de ruedas “se ponía bravo y bataqueaba las cosas”.
Rasguñando
Amelia está ahora en el frente de la casa. Allí, sus otros hijos desmalezan el patio porque allí velarán a Elías en la mañana del miércoles en una urna que le donó el consejo comunal.
Dice que ha ido varias veces a la Alcaldía y que pidió ayuda con algo que, considera, ha de ser la solución para los problemas económicos de la familia: un refrigerador. Porque con el refrigerador “puedo vender hielo, refresco y esas cosas”. No tiene ni siquiera nevera: apenas una cocina y las camas. Literalmente.
Crisanto Zambrano, el papá de Elías, trabaja en un campo. Desde allí, a veces, además del sueldo mínimo, sin bonos de alimentación incluidos, lleva algo de comida, principalmente auyama. Pero dividirlo entre cinco personas es lo complicado.
“A veces Elías comía lo que encontraba en el suelo. No teníamos para darle y teníamos que estar siempre pendientes de él”. Lo estuvieron hasta que el lunes pasó lo que pasó.
La muerte de Elías coincide con la publicación, por parte de Transparencia Venezuela, de un informe que, sustentado en investigaciones de la Asamblea Nacional, determinó que la gestión de Rodolfo Marco Torres en el Ministerio de Alimentación ha despilfarrado 27 mil millones de dólares. Eso, por supuesto, ha repercutido en miles de familias venezolanas. Una de ellas, la de este joven que es ahora una víctima mortal del hambre y de la escasez.
DC|CC