Argentina a la deriva sin Lio Messi

La tabla de posiciones señala que Argentina ocupa el mismo quinto puesto que hace dos partidos en la eliminatoria sudamericana, pero el rendimiento sobre la cancha y, sobre todo, la sanción de su talismán Lionel Messi delatan otra realidad: Argentina está en serios aprietos para llegar a la Copa del Mundo de Rusia.

El revés del martes por 2-0 en Bolivia, combinado con otros resultados de la 14ta fecha, pateó a la Albiceleste al quinto lugar, el mismo en el que estaba la semana pasada y que de conservarlo la obligaría a disputar un repechaje con una selección de Oceanía para acceder al Mundial. Pero los dos tantos que encajó el combinado de Edgardo Bauza en la altura de La Paz palidecen con la goleada que le metió la FIFA desde un despacho en Zúrich, al anunciar horas antes del encuentro que Messi sería suspendido por cuatro partidos por insultar a un árbitro el jueves en un deslucido triunfo 1-0 sobre Chile en Buenos Aires.

Sencillamente, Argentina se quedó sin oxígeno para rematar el maratón de las eliminatorias.

«En lo único que pensamos ahora es en lo que viene», resumió Bauza, cuya permanencia en el cargo ya es cuestionada luego de saldar sus ocho partidos al mando con tres derrotas, tres victorias y dos empates. «Sabemos que esta va a ser una lucha, y vamos a seguir peleando».

Argentina tendrá que acudir a la batalla sin su capitán, brújula y goleador histórico, un jugador que una y otra vez ha salido al rescate del plantel y cuyo rendimiento es determinante para el éxito o fracaso de la selección. Las estadísticas lo confirman: la Albiceleste ha ganado apenas uno de los ocho partidos que disputó sin Messi en estas eliminatorias, en los que sumó siete de 24 puntos posibles.

«Reemplazar a Messi es imposible», sentenció César Luis Menotti, el técnico que ganó el Mundial de 1978 con Argentina. «Lo que se puede cambiar son las ideas (de juego), pero a Messi no se le puede reemplazar. Es como reemplazar a (Diego) Maradona».

Bauza tuvo que lidiar con varias otras bajas frente a Bolivia, ya que referentes como Gonzalo Higuaín y Javier Mascherano estaban suspendidos por acumulación de tarjetas, Paulo Dybala no se recuperó de una dolencia, y Sergio Agüero sólo disputó el segundo tiempo.

El timonel, al igual que otros en Argentina, barajó la sospecha de que hay «algo raro» en la sanción a Messi. «Lo que nos extraña es el poco tiempo que nos dieron para hacer el descargo», se quejó.

Cabe preguntarse: ¿en qué beneficia a la FIFA que el mejor jugador del planeta se pierda el que probablemente sería su último Mundial? Desde los puntos de vista deportivo y comercial, en nada. ¿Qué preferirían los canales de televisión, esos que pagan cientos de millones de dólares por los derechos de transmisión? ¿Transmitir un partido de Messi y Argentina, o de Enner Valencia y Ecuador? ¿Y qué hay de los patrocinadores?

La respuesta es evidente.

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), sumida en una sucesión de crisis que parecen no tener fin, finalmente tendrá un nuevo presidente el miércoles cuando realice sus elecciones. El único candidato, Claudio Tapia, un ex barrendero y presidente de un club de la tercera división, será el encargado de encabezar cualquier apelación ante la FIFA, algo que se da por descontado que sucederá, sin garantías de éxito.

Con o sin Messi, no todo está perdido para el gigante sudamericano, que acudió a todos los mundiales desde México 1970. Aunque el sexto Ecuador le respira sobre la nuca a dos puntos, el bicampeón mundial también puede mirar hacia arriba y ver que el cuarto Chile y el tercero Uruguay lo superan por un punto, y hasta el segundo Colombia está al alcance de la mano a dos unidades.

El próximo compromiso de la etapa sin Messi será en agosto en Uruguay, un grande herido tras perder sus dos últimos partidos ante Brasil (4-1) y Perú (2-1). Después recibirá al colero Venezuela y a Perú, que acecha a cuatro unidades junto con Paraguay. Cierra la eliminatoria frente a Ecuador, en el encuentro que marcará el regreso de Messi.

Arriba de todos está Brasil, el eterno rival y, paradójicamente, un posible espejo en el que el equipo de Bauza puede mirarse si quiere una visión optimista.

El conjunto de Neymar, compañero y amigo de Messi en el Barcelona, hiló su octavo triunfo desde que Tite asumió su conducción al despachar el jueves 3-0 a Paraguay en Sao Paulo, con otra exhibición de aquel jogo bonito que hacía delirar a sus hinchas y que parecía sepultado en años recientes. Con ese resultado, la Verdeamarela se convirtió en la primera selección en clasificarse a Rusia.

Hace ocho fechas, el pentacampeón mundial no encontraba el rumbo, venía de ser humillado en la primera etapa de la Copa América Centenario y ocupaba, precisamente, el quinto lugar en la eliminatoria. El timonel Dunga fue despedido y reemplazado por Tite, un entrenador de destacada trayectoria en Corinthians y quien abrió la puerta de la selección a nuevos jugadores.

«Es fabuloso devolverle la alegría a los hinchas brasileños, hacer que estén satisfechos al ver un partido de Brasil», afirmó Neymar. «No jugábamos así desde hace mucho tiempo. Recuerdo cuando era más joven y me encantaba ver los partidos de Brasil con Ronaldo, Ronaldinho, Robinho, mis ídolos. Ahora lo estamos haciendo de nuevo, y estoy muy contento por eso».

Una goleada tras otra, Brasil recuperó la magia de antaño. Resta por ver si Argentina puede hacer lo mismo.

DC|AP

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