Jugos naturales: El jugo natural es parte de nuestra cultura y tradición latina. Hacerlo con fruta fresca es ideal (y más delicioso), pero como a veces la temporada no lo permite, no hay nada de malo con usar la congelada. Lo que es importante es poner el énfasis en lo «natural», ya que muchos de los jugos formulados para tomar sin preparación previa tienen demasiada azúcar y otros conservantes añadidos.
2. Infusiones y té: Las infusiones y los tés son un gran aliado pues son una gran fuente de confort y una manera fabulosa de alejar las náuseas (jengibre) o ayudarte a dormir mejor (manzanilla o camomila). Las infusiones de frutas como cereza o naranja son muy seguras porque no contienen cafeína. Aunque se considera perfectamente seguro el uso del té negro y el té verde, algunos médicos prefieren limitar su consumo a no más de dos tazas al día. Lo que sí hay que evitar son los tés con propiedades desintoxicantes o laxantes.
3. Leche: Beber leche es importante durante el embarazo por el gran aporte de calcio que da tanto a tus huesos como a los del bebé en formación. Sin embargo no hay necesidad de que sea leche completa, ya que la leche baja en grasa o descremada aporta los mismos beneficios sin la carga extra de calorías. El consumo recomendado es de hasta 24 onzas al día. Si eres muy amiga de los lácteos en general, puedes sustituir con leche de soya o arroz que tenga añadida vitamina D.
4. Avena: La avena ha sido descrita por muchos como un grano perfecto, tanto por su bajo nivel calórico como por su alto contenido de fibra. Ayuda a mantenerte regular y a reducir la retención de liquido. Puede prepararse con agua o leche. Según las abuelitas, beber agua de avena todos los días durante el embarazo hace que el bebé nazca «limpiecito»
5- Agua carbonatada: La soda simple (club soda) o el agua carbonatada son una aliado fabuloso porque se pueden mezclar con casi cualquier cosa y darte una bebida baja en calorías que ayuda a calmar malestares estomacales. Funciona muy bien, por ejemplo, con jugo de naranja o jugo de arándanos. Mi coctel favorito sin alcohol que es fácil de pedir en cualquier restaurante, es el Shirley Temple, que no es otra cosa que soda, limón, un toque de ginger ale y unas gotas de granadina.
DC/Agencias