El ocumo, en realidad son dos plantas herbáceas de la familia de las aráceas, denominadas científicamente xanthosoma sagittifolium y colocasia esculenta, cuyos tubérculos son utilizados como alimento en Venezuela y en otras regiones de la América Central y de las Antillas.
Este tallo comestible -no es una raíz- se confunde en ocasiones con el que en Venezuela se denomina «ocumo chino» (Colocasia esculenta). Nuestro ocumo es originario de América del Sur y se cultiva desde tiempos precolombinos; de ahí se extendió por las Antillas y Mesoamérica y después de los siglos XV al XVI llegó a África Occidental; mientras el «chino» procede de Asia. No obstante, ambas especies son llamadas en muchas partes con el mismo nombre y empleadas en platos similares o como sustitución del otro.
Además del nombre con el que le conocemos en Venezuela, se le llama también yautía, malanga (Antillas), macal (México, Yucatán), quiscamote (Honduras), tiquisque (Costa Rica), otó (Panamá), uncucha (Perú), gualuza (Bolivia), malangay (Colombia); portugués: taioba, mangareto, mangarito, mangarás (Brasil); francés: chou Caribe (Antillas); inglés: cocoyam; otros idiomas: queiquexque (México), tannia, taniera (Antillas).
Esta planta es perenne, llega a medir 1,5 metros de altura, con rizoma caulescente erguido. Sus hojas son grandes, pecioladas, aovado-sagitadas. Sus flores son blancas, aflechadas, de inflorescencia en un espádice carnoso, cilíndrico. Vive en lugares cálidos, húmedos y sombreados; es silvestre y se cultiva con fines alimenticios, medicinales y ornamentales.
Uso medicinal
DC/Agencias