En la actualidad en diagnóstico de los trastornos del espectro del autismo (TEA) solo es posible establecerse a través de una forma presente en síntomas de comportamiento característicos del autismo, tales como un déficit en la comunicación, dificultad para la integración social, una dependencia exagerada de las rutinas o intolerancia a los cambios que pueden generar frustración.
Es por ello que el diagnóstico resulta muy complejo y requiere de la intervención de distintos especialistas, lo cual requiere tiempo.
Como explica Juergen Han, director de esta investigación publicada en la revista PLOS Computational Biology, «el método diagnóstico presentado en nuestro trabajo es el único en su tipo capaz de clasificar a un individuo en función de que presente un TEA o un patrón neurotípico».
En el nuevo estudio, los autores tomaron muestras de sangre de 159 niños con edades comprendidas entre los 3 y los 10 años, 83 de los cuales habían sido diagnosticados de un TEA y 76 eran neurotípicos. Y lo que hicieron fue emplear herramientas de modelado y análisis estadístico avanzado para determinar si la detección de los metabolitos del FOCM y de la vía de la transulfuración permitía clasificar a un niño como ‘autista’ o como ‘neurotípico’.
Los resultados mostraron que el método fue capaz de clasificar a los niños con TEA con una precisión del 97,6% y a los niños neurotípicos con una certeza del 96,1%.
DC/NAD