EL Dr. Luís Almagro, Secretario General de la OEA no está dispuesto a que lo cataloguen de «alcahuete» y quiere pasar a la historia política del continente como un verdadero luchador (como lo hizo en su país) por la democracia y por las libertades ciudadanas. En su toma de posesión dijo: «no vengo a ser marioneta de nadie; vengo a construir con hidalguía e independencia el cargo que estoy asumiendo y tengan la seguridad de que la OEA no será, en mis manos, apéndice de ideología ninguna».
La OEA, en su afán de permanencia regional se apega a su filosofía fundacional: evitar las injerencias ajenas al continente y promover la solución pacifica de los conflictos entre los países miembros y la colaboración económica, social, cultural, etc. Basado en esos principios filosóficos fundacionales, la OEA en reunión celebrada en Lima el 11-09-2001, se propuso y se aprobó por UNANIMIDAD (el comandante eternamente enterrado levantó las dos manos) la Carta Democrática Interamericana (CDI). Ésta es un instrumento que «proclama como objetivo principal el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática, al establecer que la ruptura del orden democrático o su alteración en un Estado miembro, constituye un obstáculo insuperable para la participación de un gobierno en las diversas instancias de la O». La CDI consta de 27 artículos muy bien redactados en su definición accionaria; a ellos se ha plegado el Secretario General de la OEA, Dr. Luís Almagro, para darle fortaleza a la misma y a cumplir con los objetivos planteados en el cargo asumido.
La CDI en su art. 1, afirma: Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de América. El resto de los 26 artículos se refieren al respeto y acatamiento absoluto a la Carta Magna. El Dr. Almagro, conociendo de antemano la situación de Venezuela; donde el orden constitucional ha sufrido una ruptura con consecuencias nefastas para la sociedad, por parte del Poder Ejecutivo en conchupancia con otros poderes, excepto la AN, que ha conllevado a la miseria, al hambre y a la muerte de su población y que en lo político se trancan, casi, in aeternum, todas las salidas posibles para una solución, como el RR, las elecciones de gobernadores y alcaldes, que debieron celebrarse en 2016; ha propuesto la llamada «salvación de Venezuela» con la aplicación de la CDI.
En vista de la debacle estructural, que causa preocupación no solo en el continente, sino en el concierto mundial, el Dr. Almagro insiste en sancionar al régimen; «El pueblo de Venezuela se enfrenta a un gobierno que ha dejado de ser responsable. La CN ha dejado de tener sentido; el Estado de Derecho no está vigente, ha sido eliminado por un poder judicial controlado por el poder ejecutivo, que ha anulado cada ley aprobada por la AN, así, otras potestades de derechos del pueblo como el electoral. En Venezuela, ningún ciudadano tiene posibilidad de hacer valer sus derechos; si el gobierno desea encarcelarlos, torturarlos, lo hace sin restricciones; no los presenta a un juez, no instruye acusación fiscal, El ciudadano ha quedado a merced de un régimen totalitario».
La respuesta del engendro no se hizo esperar y calificó, muy raro en él, al Dr. Almagro como una «basura de persona».
Si Venezuela, se autoexcluye de la OEA, como lo han planteado, no deja sin vigencia el cumplimiento de la CDI, por aquello de que la OEA ha seguido la jurisprudencia del Parlamento Europeo de la década de los 70, con ocasión del llamado «golpe de los coroneles» en Grecia.
La crisis venezolana despertó la consciencia mundial; es muy probable que en la OEA se logre cohesionar las ideas sobre democracia y libertad, hoy mayoría en el continente, que logren el apoyo necesario para aprobar la CDI en contra del engendro y su régimen corrupto con vinculaciones al narcotráfico y al terrorismo internacional. El pueblo venezolano, con una de la cultura política más avanzada del hemisferio, estar «ojo avizor» para contribuir y darle fortaleza a la propuesta del Secretario General de la OEA y estará al lado de la AN en las actividades que allí se programen, para generar los cambios que necesitamos para salir del autoritarismo y del desmadre causado por los comunistas. Dr. Almagro, ¡échele pichón!
DC / Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com