Olga Pineda y Luis Gutiérrez vivieron una relación de amor-odio, una verdadera montaña rusa de emociones. Hace cinco años juraron ante Dios amarse “hasta que la muerte los separara” y así fue… solo la tragedia, el dolor y el luto logró distanciarlos el uno del otro. El final fue de novela.
La pareja se enamoró cuando ambos estudiaban en una universidad privada. Él cursaba administración y ella estaba por graduarse de abogada en el 2013. Se conocían desde su juventud, pues tenían familia que viven en una misma manzana de la tercera etapa de la urbanización La Victoria.
“Luis era novio de una prima, pero la dejó por ‘empatarse’ con Olga cuando comenzaron a salir en la universidad. Allí comenzó todo”, narró una amiga.
Durante su primer aniversario como novios, Olga recibe la noticia que será madre. Nació una niña que ahora tiene cuatro años.
Estando embarazada, la pareja decide casarse. Vivieron un tiempo juntos en la casa materna de Olga, en el sector Los Aceitunos, la misma quinta que Luis conocía a la perfección.
“Cuando la conoció, él trabajaba como taxista y después fue ‘raspacupo’, con lo que ganó compró un terreno para vivir con ella en la urbanización La Victoria, justo frente a la casa de sus padres”, relató la amiga de Olga que le conocía muchos de sus secretos.
La pareja joven construyó una vivienda que sería el hogar donde criarían a sus hijas.
Todo iba bien en la relación hasta que la primera hija cumplió un año. “Olga se enteró que Luis seguía el romance con su prima y decidió distanciarse de él, pero seguían estando juntos, ella nunca quiso separarse de Luis, porque lo amaba. Él no estaba enamorado de ella, pero Olga sí”, siguió contando la allegada.
Luis y Olga terminaban y volvían y así fue transcurriendo su relación. Los amigos de la pareja lo describieron como un “hombre lleno de ira”.
“Olga volvió a salir embarazada. La ilusión de tener a una segunda hija le llevó a pensar que su relación se podría salvar, pero los problemas siguieron. Un día ella llegó a su casa y encontró a Luis con su prima en su cuarto, el impacto fue muy fuerte”.
Ese hecho fue el punto de quiebre en la relación. Olga le pidió a Luis que se fuera de la vivienda, lo que le causó rabia e impotencia a él.
“No se quería ir de la casa porque decía que la había construido él, le hacía maldades junto a unos parientes para que se fuera”.
La experiencia del robo en Los Aceitunos ya la había vivido Olga. “El 30 de diciembre la ‘mudaron’ en La Victoria. Ella estaba de viaje. Al frente de la casa que compartían vive la madre de Luis. Nadie vio nada”, dijeron.
Teniendo ocho meses de embarazo (hace trece meses), “Luis amenazó a punta de pistola a Olga si no se iba de la casa. La familia lo denunció ante la Fiscalía, porque ella era incapaz de hacerlo, por el amor que le tenía. Luis estaba bajo régimen de presentación por amenazarla con una pistola”.
A pesar de todo, Olga seguía compartiendo con Luis. “Ella hacía de todo para que él dejara a su prima y la amara a ella, pero nunca pudo ser como quiso”. Hasta los vieron juntos en un juego de béisbol en el “Luis Aparicio”.
El tiempo transcurrió entre peleas y encuentros amorosos pasajeros. Amor y odio. El viernes pasado ocurrió la tragedia. Encerrado en un calabozo de Polisur, Luis habría confesado: “No me dejaba ver a mis hijas”, siendo esa la causa del homicidio.
DC/Panaroma