Florinda Meza puso en venta la exclusiva mansión de Cancún donde se había mudado con su esposo Roberto Gómez Bolañoz en 2009 a muy bajo precio, debido a presuntos apremios económicos.
Según la actriz, el precio del inmueble sólo eso es lo que vale el terreno, sin embargo, el comprador no aparece, aún cuando el cartel de «en venta» se colgó en diciembre de 2015.
«Es un caserón, y yo no tengo a nadie». Toda la fortuna se repartió (…) Chespirito en vida repartió lo que ahorramos. Y a mí me daba mucha pena pedirle dinero», explicó Doña Florinda en una entrevista a Telemundo.
«Yo siempre fui emprendedora y ahorradora. Y les compramos casas a los hijos, y se les dio la mejor educación y las mejores escuelas» -aseguró la actriz, de 67 años-. «Él en vida repartió lo que ahorramos. (Pero) las casas (incluida una en el DF) son mías… mías, mías, mías, porque yo gané dinero en el programa, gracias a él, y en las giras de todo tipo, de ‘El Chavo’ y ‘El Chapulín’. Además, siempre fui productora e inversionistas de espectáculos». También supo generar ingresos como escritora y productora de telenovelas. «Nunca dependí de él», aclara.
Los problemas comenzaron a la par del deterioro de la salud de Chespirito. «No teníamos seguro médico», indica Meza. Además las regalías de los distintos negocios derivados del programa, como el merchandising, irían a manos de sus hijos, y no de ella.
«Yo fui autosuficiente -se defiende la viuda de Chespirito-. Él colaboraba en nuestro estatus de vida, pero nunca me compró una casa. A su (primera) esposa sí, a sus (seis) hijos también, y coches, todo. Pero eso no me molesta. Al contrario: se lo admiraba. Fue un gran ex marido».
DC | Globovisión