Christian Parra murió ayer, a las 12.30 del mediodía, de forma instantánea cuando se disponía a comprar hielo en compañía de su mamá, en la calle 13, avenida Rafael Urdaneta, en Ciudad Ojeda del municipio Lagunillas. Según algunos testigos, el niño se había adelantado unos metros y al observar la gandola, cruzó de forma inesperada.
El pequeño residía a 50 metros donde ocurrió la tragedia en la urbanización Villa Nueva Venezuela. El conductor de la gandola lo detuvo la comisión de la Policía Nacional Bolivariana que atendió el levantamiento del siniestro.
“El señor siempre viene a almorzar en su casa y cuando cruzaba la avenida principal fue cuando ocurrió el hecho. Fue desesperante verlo, gritaba: ‘¡No lo vi, no lo quería matar!’. Él no iba a exceso de velocidad”, contó uno de los testigos.
No les dio chance de prestarle los primeros auxilios al pequeño. Su cadáver quedó tendido en el pavimento. Su madre lloraba desconsoladamente. “Ese niño era los ojos de su mamá. Son cosas que pasan en cuestiones de segundos”, comentó una vecina.
DC/SNC