113 personas perdieron la vida en la capital de Etiopía tras ser aplastados por una avalancha de basura. Así lo informó un funcionario municipal el miércoles. El país inició tres días de duelo por las víctimas, en su mayoría mujeres y niños, que perecieron en la tragedia ocurrida este fin de semana.
Dagmawit Moges confirmó la nueva cifra el miércoles por la noche. En tanto, el alcalde de Addis Abeba, Diriba Kuma, dijo a la emisora estatal EBC que las tareas de búsqueda y rescate concluirán en poco tiempo y comenzará la investigación sobre las causas del accidente.
Se desvanecen las esperanzas de hallar sobrevivientes, aunque un funcionario del departamento de emergencias, Nigatu Mamo, dijo que una persona fue hallada con vida el lunes, dos días después del desastre.
El derrumbe de la montaña de basura el sábado enterró chozas de barro y madera en el basural de Koshe en las afueras de la ciudad. Desde entonces, excavadoras y rescatistas han extraído cuerpos del barro negro.
Nigatu dijo que se trajeron excavadoras de varias obras en construcción de la ciudad y alrededores para ayudar en la búsqueda.
«Continuaremos los esfuerzos hasta que se nos ordene detenernos. Nuestros rescatistas trabajan en dos turnos, día y noche», añadió.
Los vecinos han sugerido distintas razones para el derrumbe. Unos lo atribuyeron a que se reanudó el vuelco de desperdicios en el lugar debido a las protestas en otro basurero. Otros culparon la construcción de una nueva planta en Koshe que utiliza los desperdicios para generar energía.
Las autoridades han reubicado a unas 300 personas del basural, donde cientos se ganan la vida buscando materiales para reciclar y otros encuentran una vivienda barata.
El alcalde dijo que los familiares de las víctimas han recibido entre 430 y 650 dólares cada uno y recibirán viviendas permanentes en los próximos años.
El basural existe desde hace más de 50 años. Se han producido derrumbes menores en Koshe -que significa «sucio» en lengua amárica- en los últimos dos años, en los que murieron dos o tres personas, según los vecinos.
El derrumbe ha escandalizado a muchos en un país que se enorgullece de ser una de las economías de mayor crecimiento en África.
DC/AP