Todos, absolutamente todos los que trabajamos por un salario, y dependemos del mismo para la manutención propia y de nuestras familias, estamos cada vez más empobrecidos, gracias a la política económica del gobierno venezolano.
En la Venezuela del «Socialismo del Siglo XXI», la canasta básica familiar para el primero de marzo de 2017 alcanzó un costo de 832.259,95 Bolívares fuertes, mientras que el salario mínimo alcanzó un monto de 40.638,15 Bs. mas 108.000 Bolívares fuertes del bono de alimentación, lo que representa 148.638,15 al mes, para quienes no estén jubilados. Que sin duda representa un desbalance muy negativo en el poder adquisitivo del venezolano.
Pero resulta que ese «salario integral» es una farsa ya que el bono de alimentación no es realmente un salario, a los trabajadores se les está pagando el 70% de su ingreso en un bono de comida que no tiene incidencia en las prestaciones sociales, ni en las vacaciones, ni en sus utilidades, ni a futuro en sus jubilaciones.
El ciudadano se ve sometido a condiciones inhumanas para satisfacer sus necesidades. El temor al hambre, a la enfermedad, a ser víctima del hampa, al no tener donde vivir, pero también estamos viviendo el drama por el desplome de los niveles de empleos formales, producto de las políticas erradas del gobierno.
Es tan grande la crisis en el país que las empresas públicas y privadas están mandando a los trabajadores a sus casas, porque no hay materia prima para trabajar o recursos para mantenerlos en nómina; están aplicando las llamadas «cajitas felices» que no son más que una negociación que le permite al trabajador irse de la empresa con algo más de dinero, pero que igual lo deja desempleado y con muy pocas esperanzas de conseguir empleo formal en otro lugar, sin contabilizar los despidos selectivos que por razones políticas se vienen dando en el sector público.
Con un mercado abiertamente dolarizado y con los ingresos en bolívares, los venezolanos vamos como el cangrejo, mientras quienes nos gobiernan parecieran no importarle el bienestar colectivo de la población.
Todos observamos una cosa extraña, aquí por ejemplo los Ministros saben de todo, un día ocupan el cargo de Ministro de Energía y Petróleo, pero ese Mismo funcionario, lo designan Ministro de Educación, luego lo juramentan como Ministro de Sanidad, y después Ministro de Economía, Ministro para el trabajo, y de ultimo lo envían como Embajador. Cosas muy extrañas y locas, cuyos resultados, los estamos viviendo y padeciendo todos. Y seguimos, de show en show y de mentira en mentira.
Hay que ser serios, y hablar con la verdad, el venezolano tiene hambre, y no solo de alimentos, sino de vivir dignamente, de progresar, de oportunidades para echar pa lante, el venezolano quiere vivir bien, no de migajas ni lisonjas.
DC / Freddy Paz / Diputado AN / @freddyspaz