Dentro de un marco de fuerte violencia y agitación, accidentado por su propio origen y naturaleza, Venezuela en todas las regiones se enfrentan a un “mundo desconocido” para este, asumiendo para sí, la vida en la dimensión desconocida de la lucha por la libertad y la democracia, por otro lado, la permanencia ya hoy en día ilegítima a nuestra opinión, de un gobierno que solo le depara un fin trágico, que seguramente marcará la historia como un hecho lastimoso y deseamos pensarlo, lo menos sangriento en comparación a las estadísticas de criminalidad de estos últimos 20 años.
Por otro lado, es tal el grado de desintegración de las fuerzas políticas en Venezuela, que a ciencia cierta, no tenemos ni idea de por dónde va a “saltar la liebre”, quién logrará aportar una solución aunque sea poco tradicional y sorprendernos con alguna alternativa válida, democrática e institucional, sea nacional o internacional. Mencionamos este último aspecto por la legalidad de los acuerdos internacionales reflejados en la ONU Y la OEA.
Pero, realmente, es poco o nada lo que podemos esperar del gobierno en materia de reaccionar en el marco de los últimos tiempos; partidos políticos agotados y colmados de caudillos peor que el difunto y de ambos lados, pretenden vender lo que no son y tampoco darían para abrir las puertas de procesos democráticos necesarios para la vida del país.
Los eventos políticos como sociológicos, son indetenibles, toman pausa y continúan con más fuerza en sus objetivos finales. De todos modos y por lo que estamos viendo, al mismo estilo de la Guerra de las Malvinas”, europeos, norteamericanos, rusos y chinos, están logrando entenderse en temas específicos, lo cual Venezuela no escapa de esa realidad y siempre, estos acuerdos recaen en el más débil y precario (Venezuela está bajo esas premisas) En política nada es cierto y menos seguro, hay un plan en marcha, y el senado de EEUU, lo refrendó solicitando la piedra angular del manejo del gobierno, cubano/chavista: La libertad de los presos políticos.
Cualquier injerencia extranjera, antes de que sea demasiado tarde y nos roben el país en nuestras propias narices y se lo repartan por factores de apoyo a la salida del régimen, no es lo más saludable para el país. Por otro lado, coincidiendo con el Padre Jesuita Luis Ugalde al afirmar que «La gente no es suicida: si no ve una salida, no se va a mover». Por lo tanto, las acciones y los intereses internacionales jugarán un papel preponderante en tales acciones.
Este mismo sacerdote afirma, que Maduro no tiene carisma ni recursos, y tampoco es solidario con el dolor de la población. «La Iglesia tiene que jugársela», como viene haciéndolo en el tema del diálogo, coincidentes con grupos de presión e individualidades del acontecer nacional. Lo lamentable de esto, de no reaccionar el gobierno y no darse un compás de juego democrático, la “salida” logrará su cometido, perdiendo el control, la nación y sus instituciones.
DC / Dr. José Pons B / @joseponsb / Movimientos de Ascenso Social / MAS