¿Recuerdan cuando en la primaria aprendíamos a inferir el significado de una palabra leyendo el contexto de las demás palabras en la oración? Ese mismo beneficio lo obtendremos ahora si nos dedicamos a leer un libro. Se darán cuenta que mientras leemos, especialmente textos “difíciles”, nos veremos expuestas ante un mundo de nuevas palabras, que no conoceríamos de otra manera.
Una de las grandes ventajas de dedicarnos a leer un libro, es que resulta entrenamos a nuestro cerebro. Cuando practicamos esta actividad ayudas al órgano a que lleve a cabo sus funciones de manera ideal. En otras palabras, cuando leemos, nuestro cerebro se pone a hacer ejercicio, pero para que tenga resultados a largo plazo, necesitamos que la actividad sea constante.
Si comienzas a tener el hábito de leer antes de dormir, la actividad funcionará como un aviso para tu cerebro y cuerpo, mandando señales de que ya es tiempo de descansar. Esto ayudará a que duermas profundamente y despiertes mucho más relajada.
Leer incrementa de inmediato la fuerza de los tejidos del cerebro ya que es estimulado regularmente, lo que nos ayudará a prevenir ciertas enfermedades, entre ellas el Alzheimer.
Investigaciones han demostrado que actividades como leer libros o revistas, completar crucigramas, rompecabezas o hasta el sudoku, pueden retrasar o prevenir la perdida de memoria. Estas actividades estimulan al cerebro de tal manera que las células del mismo se conectan y crecen.
Las personas que leen suelen tener mayor nivel de concentración, y el lector tendrá la habilidad de poner toda su atención en las cosas prácticas de la vida. También desarrolla la objetividad y la toma de decisiones.
¿Te has quedado sin cosas que platicar con un amigo, novio o con tu esposo? Si te ha pasado, sabrás lo incómoda que puede resultar la situación y muchas veces puede provocar que las personas se pregunten si sucede algo malo. Sin embargo, si nos dedicamos a leer más, siempre tendremos algo de que conversar con otros. Podemos discutir los conflictos de cierta novela, o aquello que aprendimos por leer ese libro sobre negocios, las posibilidades son infinitas.
Muchos estudios han demostrado que si no usamos la memoria, la comenzaremos perder. Crucigramas y rompecabezas, son sólo un par de ejemplos de juegos que nos pueden ayudar a prevenir el problema, y leer ayuda a fortalecer los “músculos” de la memoria en una manera muy similar.
La acción de leer requiere que recordemos detalles, hechos, situaciones, conflictos, temas y personajes.
Una salida al cine, con todo y munchie, cuesta un promedio de 200 pesos. Lo disfrutamos, claro, pero la emoción es momentánea y pasajera. Por ese mismo precio puedes adquirir un libro que te entretendrá por mucho más tiempo. Busca una librería que también venda libros de segunda mano, que te saldrán mucho baratos, y así no afectarás tu cartera
Cuando leemos nuestra mente cambia de estado. Si tuvimos un día sumamente estresante un buen libro nos puede distraer con mucha facilidad; el género de fantasía es excelente para estos casos. Muchas veces nos será muy difícil soltar la novela pero aun así nos mantendremos relajadas.
Cuando nos dedicamos a leer nuestro desarrollo social y emocional aumenta. En un primer momento, los personajes de las grandes novelas generalmente representan diversos contextos, regiones del mundo, estatus social, razas y etnicidades, así como diferentes religiones.
Así que nos encontramos con una diversidad con la que posiblemente no tengamos contacto real. Pero es importante entender que una vez que conocemos acerca de aquello que se encuentra “fuera”, podremos comenzar a generar empatía y tolerancia por los demás, y así desarrollar una sensibilidad emocional.
Así que chicas no pasen horas viendo la televisión, dense un tiempo para leer un buen libro del tema y género que más les guste. Es un excelente hábito que no sólo refrescará sus mentes, también les proveerá beneficios para su salud y espíritu.
DC/Agencias