Carreño y un nuevo orden, por Luis Acosta

Pedro Carreño es más sectario que cualquier otra cosa y eso lo hace aparecer sin equidad. De verdad, él maneja algunos criterios con normalidad pero, todo lo pierde por sectario y ordinario. En estos días Pedro recordaba y defendía la posición de Chávez y su sueño de un nuevo orden mundial. Pero mientras él hablaba, nosotros pensábamos en ambos y sus travesuras. En efecto, el mundo  debe ir tras un nuevo orden que sea más versátil y con reglas de juego más claras. Pero eso no se gana con pleito y el agavillamiento sino con doctrina como principio y final de una gran causa y un clásico entendimiento.

Por ejemplo, nadie puede negar que la Europa Occidental haya venido probando diversas maneras para administrar con más acierto la economía y lograr mayor productividad en esa parte del mundo. Aún así, se notan inquietudes porque es muy difícil el aceptar, por injusto, que un país mal educado en lo económico y social acabe con las reglas de otro que si ha observado con delicadeza y dedicación sus conductas principales de vida. Peor, en el caso de las republicas latinas que, salvo Costa Rica y alguna otra excepción, ninguna ha hecho esfuerzos, ni dedican fondos del presupuesto para educar específicamente a sus gentes y dirigentes políticos. Esto es lo primero que debe considerar Carreño para optar las naciones latinas e iniciar un nuevo orden económico. Veamos: Chávez sembró esa idea, como pocos, porque el tenia algo de ilusionista, pero le toca a Maduro y su grupo el preparar al país ara esas conquistas que son de sociedades avanzadas y no de núcleos que a esta hora se están preparando para el mejor manejo del fusil.

El gigante Churchill, héroe y dueño de los mejores aciertos en las decisiones y estrategias de la II Guerra Mundial, aseguraba que “la democracia es el menos malo de los sistemas de gobiernos republicanos”. Era el Churchill un hablador aberrante de pistoladas? Desde luego que no. Churchill fue un comprobado estadista y, de verdad, amó a su pueblo y sabía que la única forma de desarrollarse los pueblos es en democracia; lo comprobó y comprueba su propio país. Por otra parte, no puede nadie acabar con la tesis del fino y talentoso Montesquieu que facilitó al mundo y enseñó la única manera humana y posible de organizar a los hombres y sus sociedades mediante estados con tres poderes separados e independientes. En este sentido, Chávez acabó, en pocos años, con el mejor ensayo que existía en materia política en Venezuela. Quizá no era perfecto pero sí el más exitoso de la historia. En efecto, la Presidencia del Congreso la dirigía el partido del gobierno y no así la Vicepresidencia que la manejaba la oposición (El Presidente de la Cámara del Senado era del partido gobernante mientras el presidente de la Cámara de Diputados era de la oposición). De ese modo se alternaba y repartía esa materia. Igualmente el Contralor y el Fiscal General de la República se seleccionaban de ternas enviadas por la oposición. Con eso se deseaba y lograba independizar los poderes de la nación.

Desde luego para pensar en algo latino necesitaría una década transicional y acuerdos de pleno derecho, es decir, vinculantes, para que los pueblos entren a conciencia y no a golpes de timón motivados por componendas petroleras o desventajas sin sentido de pertenencia en un movimiento de “dame que yo te doy”. De allí nuestra reacción de aceptar sin condiciones las decisiones que ha tomado el Secretario General Almagro en la OEA. El sólo dice: “si deseas seguir tomando decisiones lejos del sistema democrático, tienes antes que consultar al pueblo sin picardías ni ventajas, más aún, si hay elecciones pendientes, deben ser convocadas”. Esta es la línea de la OEA y así está escrito en sus estatutos, democracia y garantía de los derechos humanos o nada.

No negamos que USA tenía mucho mando político en las primeras décadas de la OEA. Por un lado, era la única que financiaba y pagaba las cuotas con regularidad; por el otro, fue siempre la única nación presente que se ocupaba de la vida de la OEA. Entonces, ¿quien tenía el derecho para el manejo político indirecto?

Venezuela es un país con mucha fortuna petrolera pero con poca lucidez social, política, judicial y humana. El comandante Chávez dejó plasmado un modelo político donde el TSJ, Contraloría, AN, Procuraduría, Defensoría del Pueblo, CNE y la Fiscalía de la Republica son una misma cosa; esto lo confirmó de manera oficial la a la sazón Presidenta del TSJ, Dra. Luisa Estela Morales, quien, en pleno ejercicio de la presidencia del poder, dijo que No podemos seguir pensando en una división de poderes porque eso es un principio que debilita al Estado” (sic) con la única idea de garantizar la continuidad del PSUV en el poder.

Por lo visto, no habrá elecciones. Pero la hipocresía política debe terminar en Venezuela conseguida bajo el acuerdo de sus 30 millones de habitantes y la vía de las elecciones luego de actualizar las autoridades electorales y del resto de las instituciones del país. Es lo legitimo, sano y humano.

 

DC / Luis Acosta / Articulista

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