Keila Higuera tiene 34 años y es madre de tres hijos. En julio de 2016 se llenó de alegría al saber que estaba embarazada; sería su cuarto hijo. Vivió con intensidad por nueve meses su proceso de gestación. El 31 de marzo de 2017 dio a luz a Dereck Dominic, “un hermoso bebé de tres kilos 300 gramos”.
Higuera relata que su hijo nació en el Hospital Universitario Pedro Emilio Carrillo de Valera, estado Trujillo, pero debido a una leve dificultad respiratoria fue ingresado al Servicio de Neonatología, de donde no salió recuperado, sino muerto, con una orden a la morgue local para autopsia.
Según el registro de la medicatura forense, son 33 bebés muertos en 34 días y no 21 como se informó en un primer momento. Las autoridades de salud de la entidad, hasta las primeras horas de la mañana del martes 4 de abril, no han emitido ninguna información oficial. Fundasalud, ente del Gobierno de Trujillo, ofreció dar una rueda de prensa este martes, la cual fue suspendida.
El Departamento de Neonatología del Hospital Universitario de Valera, ubicado a 570 km de Caracas, tiene capacidad para 30 recién nacidos, sin embargo, sus cunas van quedando desoladas ante lo que han denominado el ataque de una “bacteria asesina”, que tiene en extrema preocupación a los padres de otros 16 bebés recluidos.
La madre valerana Kehila Higuera denunció que en el hospital hay una bacteria y la dirección del centro de salud desconoce el origen de la causa de la contaminación: “Los bebés ingresan bien, a los dos días están complicados y al siguiente se mueren”, describió Higuera, mientras abrazaba la pequeña urnita blanca.
“Es desgarrador no disfrutar a mi bebé, sino enterrarlo. Fueron tres días muy duros, viví mi embarazo con tanto entusiasmo para esperar a mi hijo, y ya no está. Los médicos quieren lavarse las manos achancándole la culpa a la madre; dicen que no nos cuidamos´, tengo todos mis papeles del control prenatal, mi embarazo no tuvo complicaciones”, detalló entre lágrimas.
Higuera señaló que el director del hospital les dijo que cerrarán el servicio y pedirán apoyo a otros centros de salud para que reciban a los recién nacidos. “No pude cargar a mi hijo, no lo pude amamantar, mi niño ingresó con un leve problema respiratorio y después que tenía neumonía. No sé de qué murió mi hijito“, aseveró.
“Qué difícil es enterrar a mi bebé, él nació normal y ahora me lo entregan muerto”, una las 33 madres que sufrió la pérdida de sus hijos en el hospital de Valera. Foto: Jhonathan Raúl Segovia
La madre valerana apuntó que en el hospital hay un descuido total: “Ellos no saben a qué horas murió mi hijo. Mi esposo cuando lo vio a las 11 de la noche del 2 de abril tenía la uñas moradas y sus músculos estaban rígidos. Anunciaron la muerte de mi bebé a las cinco de la mañana del día siguiente (3 de abril)”.
“Ya mi hijo está muerto. Suplico a las autoridades actuar y evitar más muertes. La gente está desesperada ante la salud de sus bebés; el personal de esa área no son sensibles; ellos no saben qué es el dolor, no tienen sangre en las venas”, concluyó Higuera, una de las 33 madres que entierra a su niño, a tres días de haber nacido.
DC | El Pitazo