El hecho de que Dustin Johnson se retirara del Masters tras sufrir una caída en unas escaleras había causado ya suficiente conmoción en Augusta. Y luego, Charley Hoffman decidió dar otra sorpresa.
Un viento inclemente derivó en que la mayoría de los golfistas celebraran como una hazaña el conseguir un par. Pero en estas condiciones, Hoffman se anotó siete birdies en sus últimos 11 hoyos, para tomar la delantera el jueves en la primera ronda.
El golfista de San Diego entregó una tarjeta de 65 golpes, siete debajo del par, que le dio una ventaja de cuatro impactos respecto de William McGirt, debutante en el prestigioso certamen.
Las ráfagas de viento se acercaron a las 40 millas (64 kilómetros) por hora en el Augusta National. Ello complicó de tal forma la ronda que Hoffman y McGirt fueron los únicos jugadores en quedar por debajo de 70 golpes.
Hoffman no creyó que lo lograría, luego de incurrir en un par de bogeys con tres putts, al comienzo del recorrido.
«Después de eso, no recuerdo haber fallado algún putt», dijo.
La delantera de Hoffman es la más amplia tras la primera ronda del Masters desde que Jack Burke Jr se adelantó también por cuatro golpes en 1955.
Lee Westwood, quien tiene credenciales como uno de los mejores golfistas pero jamás ha ganado un major, hilvanó cinco birdies consecutivos al final de la tarde y salvó un marcador de 70. Únicamente otros ocho jugadores quedaron por debajo del par, incluido Phil Mickelson, el campeón olímpico Justin Rose y el español Sergio García.
Rory McIlroy, quien requiere del saco verde de Augusta para completar el Grand Slam en su carrera, recurrió a un juego preciso y conservador para seguir en la pelea. El norirlandés salvó dos pares complicados tras quedar fuera del green en el 10 y el 11.
A la mitad de los últimos nueve hoyos del campo, se anotó tres birdies, y cerró con otro meritorio putt de par, con lo que firmó un 72.
Johnson no tuvo siquiera la oportunidad de probar su suerte en estas condiciones adversas.
Menos de 24 horas antes de que el número uno del mundo comenzara su recorrido en busca de una cuarta victoria seguida, se cayó en las escaleras de la casa que alquiló para el torneo. Buscaba mover de lugar su automóvil, bajo la lluvia, y se resbaló.
Iba sin zapatos, y sus calcetines se deslizaron sobre el piso. Aterrizó de manera aparatosa, encima de su codo izquierdo y de las lumbares.
Trató de jugar. Quería jugar. Incluso calentó, pero sintió dolor en dos de cada tres swings. Aun así, fue al green para practicar el putt.
No había forma. En vez de disponerse a realizar su tiro de salida, se dirigió a la casa club y emprendió el regreso a casa.
«No puedo hacerlo», dijo. «No siento que haya oportunidad alguna de competir».
Ha habido otros cuatro golfistas ubicados en el sitio de honor del ranking que no han podido jugar un major. Pero pocos han debido abandonar estando en su mejor nivel. Johnson había ganado sus últimos tres torneos y era el favorito.
«Si esto me hubiera ocurrido el lunes, creo que no habría tenido problema. Pero me pasó el miércoles», lamentó. «Tener un accidente así es muy desagradable».
Por lo pronto, la ausencia de Johnson no está facilitando las cosas para los demás golfistas. Hoffman es la excepción.
DC|AP