La tragedia del Titanic fue una de las más sonadas del mundo. El hundimiento del transatlántico británico ocupó los titulares de la prensa mundial ese 16 de abril de 1912 cuando se supo de su colisión con un iceberg en el oceáno Atlántico y dejó una estela de muerte de 1500 personas fallecidas.
En el barco iban 2 mil 223 personas, que viajaban desde Southampton, Inglaterra hacia Nueva York, Estados Unidos; de ellas 706 se salvaron y mil 517 fallecieron en las aguas gélidas.
Muchas personas se preguntan cómo se organizó la expedición que se encargó de recuperar el millar de cuerpos que permanecían flotando. Tras la publicación de 181 telegramas pertenencientes a la White Star Line, naviera que construyó el Titanic, encargó a la nave MacKay-Benneett y a su capitán Frederick Larnder de esta actividad.
Sin embargo, y llegado el momento de iniciar el rescate se evidenció que el barco no era lo suficientemente grande para trasladar a todos los cuerpos que estaban flotando en el mar abierto, por lo que habría que dejar unos cuerpos «a la suerte del mar».
¿Cómo se hizo esta escogencia?
Larnder ordenó que se aplicara un filtro a los cuerpos sin vida que ya estaban dentro del MacKay-Bennett, ordenó que se tiraran por la borda a los pasajeros fallecidos que eran los más pobres s para poder llevar a su destino a los más ricos, y que éstos tuvieran un funeral “como les correspondía”. De esta manera, se deshicieron de más de 100 cuerpos, mientras que 334 cadáveres lograron ser rescatados.
En uno de los telegramas, el puerto de Halifax pide que se rescate la mayor cantidad de cadáveres, pero ante la imposibilidad de cumplir con ello, la respuesta del capitán Larnder fue la siguiente: “Se ha hecho un registro cuidadoso de todos los papeles de dinero y objetos de valor encontrados en los cuerpos. ¿No sería mejor dejar los cuerpos en el mar a menos que los parientes pidieran específicamente preservarlos?”
Con información de De10.com.mx, La Voz de Galicia, Difundir.org