Si eres de los que el agotamiento los vence y se acuesta tal como llegó de la calle, esto te ayudará a ponerle un alto a ese mal hábito y pensarlo dos veces de ahora en adelante, porque podrás ser presa fácil de estas incomodidades:
Formación de llagas: primero la irritación, luego las ronchas o llagas. Aunque son tratables y nada graves, seguramente no quieres esta molestia en una zona tan delicada como tu vagina.
Mal olor en los genitales, esto se debe a la falta de aire limpio, muchas veces puede hasta dejar impregnada tu ropa y hasta transpirar.
Infecciones vaginales. No cambiarse de panty favorece la proliferación levaduras y bacterias se desarrollan en ambientes húmedos. ¡Cuidado con los hongos!
DC/QP