La 29ª reunión de consultas de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocada este miércoles en Washington para discutir la situación en Venezuela, fue suspendida sin que se alcanzara un acuerdo sobre el tema, constató la AFP, presente en la sesión.
Ante el «empantanamiento» de las negociaciones al punto de impedir la aprobación de una Declaración ni alcanzar un texto de consenso, las delegaciones acordaron tratar de fijar otra reunión antes de la Asamblea General de la OEA que se realizará en México del 19 al 21 de junio.
Carola Íñiguez, representante de Ecuador ante la OEA, lamentó «el rechazo al diálogo de la oposición venezolana (…) Creemos que debemos apoyar a Venezuela por el camino trazado por la Unasur».
«Insistimos que la solución debe ser política basada en el diálogo», aseguró.
«Brindamos nuestro apoyo a toda iniciativa que promueva un acuerdo de estabilidad», expresó Carlos Castañeda, representante de El Salvador en la OEA.
Agregó que «el diálogo y la negociación son fundamentales para la resolución de conflictos en Venezuela».
La canciller de Colombia, María Ángela Holguín, reafirmó la disposición de su gobierno de ayudar a Venezuela en la búsqueda de soluciones a la crisis política y económica que vive.
«Quiero reafirmar la disposición de mi gobierno de colaborar con la ayuda de alimentos y medicamentos que el pueblo venezolano requiera, como el gobierno venezolano estime conveniente. Sabemos la difícil situación por la que atraviesa la población venezolana y Colombia quiere, de la mejor voluntad, seguir ayudando», manifestó durante su derecho de palabra en la sesión.
También hizo un llamado al gobierno venezolano a evitar la represión contra los manifestantes en las calles: «Es necesario y hacemos un llamado al gobierno venezolano, a evitar la represión contra la población civil que se manifiesta en las calles, a preservar la vida de los manifestantes y a liberar los presos políticos. Reiteramos el llamado a no armar a la población civil, la entrega de armas no conduce sino a una confrontación violenta que Venezuela no se merece».
«El camino es, sin duda, que la Asamblea Nacional recobre sus funciones y responsabilidades, que lleven a cabo prontamente las elecciones regionales y locales y así pueda constatarse una verdadera separación de poderes, esencia de la democracia».
La canciller hondureña, María Dolores Agüero, llamó a no contribuir a que se agrave la crisis en Venezuela: «Confiemos en que esta vez actuaremos con sabiduría,la OEA no puede cometer con Venezuela los mismos errores del pasado (…) ¿Por qué los países democráticos reunidos aquí no podemos pedir a un país miembro que llame a elecciones?», se preguntó.
«Lo que hagamos y dejemos de hacer tendrá consecuencias (…) La OEA deberá organizar un esfuerzo de ayuda humanitaria para Venezuela», señaló durante su intervención.
«La reunión ha roto con el orden de la Organización y el orden internacional constituido por el respeto de la soberanía y el derecho a elegir, sin injerencia externa, su sistema político», expresó el embajador alterno de Nicaragua, Luis Ezequiel Alvarado, durante su derecho de palabra.
Nicaragua demandó el «cese de las acciones hostiles contra Venezuela».
El canciller de Bolivia, Fernando Huanacuni Mamani, señaló: «O se sigue por el camino del diálogo o se siguen el de imposición (…) Por ello creemos que el único camino es el diálogo de los venezolanos. La OEA no puede seguir incitando a la violencia. Es inaceptable que por intereses personales se pretenda vulnerar los principios del derecho intencional como la soberanía de los estados».
Luis Videgaray Caso, canciller de México, calificó de preocupante «el deterioro progresivo de las condiciones de vida en Venezuela, la polarización, el recrudecimiento de la violencia, que nos obliga a actuar con urgencia. Además, nos preocupa la falta de garantías para ejercer el derecho a la protesta».
«El principio de la soberanía no puede ser invocado para eludir responsabilidades en materia de derechos humanos y políticos», recalcó el canciller mexicano, para luego agregar que «el autoaislamiento y exclusión de Venezuela de la OEA no es la solución para el país».
«Hay un déficit de democracia en Venezuela desde nuestra perspectiva (…) hay una crisis humanitaria, todos los días los venezolanos cruzan la frontera de mi país y son bienvenidos (…) no es porque quieran, es que se vean obligados por el desabastecimiento de alimentos, la falta de medicamentos», señaló por su parte Aloysio Nunes, representante de Brasil en la OEA.
En la recta final los equipos diplomáticos aceleraron las consultas para tratar de formular una propuesta que se aproxime a un consenso o que por lo menos supere las heridas abiertas por el proceso que condujo a la convocatoria de la reunión.
Fue precisamente la decisión del Consejo Permanente de la OEA de convocar a la reunión de consultas el paso que motivó la reacción de Venezuela de iniciar formalmente su salida de la entidad continental, un proceso que tardará dos años en completarse.
Desde que inició ese proceso, Venezuela dejó de asistir a las reuniones en la sede de la OEA, y sería una sorpresa mayúscula que una representación de Caracas decida participar este miércoles de la reunión de consulta.
Impulso a nuevo diálogo
Hasta el martes existían dos propuestas de Declaración que con ciertas diferencias de tono piden que el gobierno de Venezuela desista de su iniciativa de convocar a una Asamblea Constituyente, y proceda a la liberación de presos por razones políticas.
Sin embargo, las consultas entre bastidores podrían hacer avanzar una propuesta diplomática: establecer un Grupo de Contacto, formado por varios países -incluso de fuera del continente- que sirva como facilitador a un nuevo esfuerzo de diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición.
Inclusive, horas antes de la reunión varios de los cancilleres del informalmente llamado grupo de los 14 -que impulsó esta reunión de consultas- mantendrá un encuentro en la embajada de Canadá en Washington, para ajustar el discurso y pulir una posición común.
Por el reglamento de este cónclave, las decisiones -como una Declaración o una propuesta de un Grupo de Contacto- requerirá «dos tercios de los votos de los países representados en la reunión».
Si participan 33 delegaciones, para adoptar cualquier decisión serán necesarios 22 votos, un número que será muy difícil de alcanzar, a menos que se logre una propuesta negociada. Hasta el martes, 22 delegaciones se habían acreditado ante la OEA para participar.
DC | AFP