Recientemente conversaba con un grupo de colegas sobre la situación país e inferíamos sobre el porqué luego de casi dos meses de protestas continuas, con un saldo de más de 55 muertos, miles de heridos y centenares de detenidos, no se ha evidenciado una disposición de tregua o rectificación por parte de los agentes del Gobierno en cesar la represión, convocar con prioridad las elecciones regionales, liberar a los presos políticos, respetar la institucionalidad y establecer las condiciones favorables que permitan la apertura de un diálogo sincero hacia la reconciliación nacional.
Todo lo contrario, ha habido un choque de fuerza totalmente desproporcionada en las calles, antes jóvenes manifestantes que protestan por un mejor futuro y Guardias Nacionales y policías, que reciben órdenes superiores y aunque suene “aberrante” cumplen bajo la obediencia, disciplina y subordinación, con su trabajo: reprimir, detener e ir a la ofensiva u avanzada bajo el uso de la fuerza a inmovilizar a quienes literalmente consideran objetivos de guerra.
Por otra parte, la pretensión del oficialismo de convocar una Asamblea Nacional Constituyente es férrea, ya han anunciado las bases comiciales para su elección, estableciendo unos criterios totalmente desiguales ante el universo electoral vigente en el país, aunado a que la convocatoria no solamente está fuera de contexto político y legal, ya que si realmente se pretenden llamar a elecciones para garantizar la paz en Venezuela, la convocatoria debería ser de manera expedita a las elecciones de gobernadores y alcaldes, sobre el interés de una Constituyente; que desde mi punto de vista es una estratagema del régimen para ganar tiempo, cambiar las reglas del juego democrático y buscar las vías para perpetuarse en el poder siguiendo la cartilla del modelo comunista cubano.
Ciertamente, debo considerar que las estrategias de permanencia del Gobierno se han centrado en tres factores determinantes que les han permitido contener su salida e ir en una sistemática avanzada de instaurar un modelo de Estado Comunal. Primeramente, puedo deducir desde una perspectiva sociopolítica, que el venezolano de a pie, el pueblo llano, está muy agobiado resolviendo su día a día y aunque está padeciendo los avatares de la crisis, su dispersión ante la sobrevivencia no le ha permitido tomar conciencia del papel protagónico que podría representar levantando su voz de protesta convirtiéndose en la masa crítica necesaria para rebasar las fuerzas represivas del Gobierno, su participación ha sido muy pasiva, aún en los barrios y en los sectores populares no se ha activado la chispa que encienda el clamor de un pueblo enardecido.
Segundo, la oposición nucleada en la MUD, se ha mostrado atónita, disgregada y desplazada por los manifestantes auto denominados “resistencia”, quienes han sido críticos de la vieja clase política y se han distanciado hasta de los nuevos actores agrupados en los partidos “Voluntad Popular y Primero Justicia”, las contradicciones se han visto manifiesta en sus posiciones y vocería, no ha habido un plan certero que permita aglutinar convencer, o motivar al resto de los sectores gremiales, empresariales, sindicales, universitarios, religiosos, sociales, en fin a la sociedad civil en general y verse representados y liderados en una sola voz. Mientras los radicales plantean la desobediencia civil, los moderados se apliegan a tender puentes que permitan la transición consensuada, como otros que han planteado entrar al laberinto de realizar un Referéndum Consultivo para que el país decida si prefiere continuar con el proceso de una Asamblea Nacional Constituyente o buscar una salida frente a la crisis.
Tercero, el respaldo que ha tenido el Gobierno venezolano del Eje Ruso, Chino e Iraní, le ha permitido frenar la presión internacional, recientemente el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que “la federación prestaría su firme apoyo militar y armado en ejercicios de defensa integral de Venezuela bajo la amenaza que representa la OTAN en el vecino país Colombia, liderada por factores externos y de los grupos opositores radicales que fomenta la inestabilidad y la confrontación militar en Venezuela”. Finalmente, puede afirmarse que la lucha del poder en el país no es una confrontación bilateral “Gobierno – Oposición”, trasciende fronteras y el principal interés se llama, “petróleo”.
DC / Alfonso Hernández Ortiz / Consultor Organizacional / ahoconsultoria@gmail.com / @AlfonsoZulia