Desobediencia Civil y 350. Por Douglas Zabala (@douglazabala)

Que la Fiscal Luisa Ortega Diaz haya tenido la valentía de advertir que se está desmantelando al Estado de Derecho y que estamos más bien en un estado de terror, son razones suficientes para asumir a plenitud lo establecido en el artículo 350 de nuestra Constitución; son ellos o nosotros y, aquí si no debe haber punto intermedio. O Nicolas Maduro le imprime abiertamente el acelerador a la enmascarada hasta ahora dictadura y terminamos viviendo bajo un régimen de persecución y miseria o la mayoría del pueblo con sus vanguardias políticas, sale de una vez por todas a tomar las calles de este país hasta tanto la República no sea de nuevo democrática y libertaria.

Cuando la carta magna señala en su artículo 350 que el pueblo de Venezuela, debe ser fiel a su tradición republicana y a su lucha por la independencia, nos está indicando precisamente que esta norma no es nada nueva; la misma surgió al calor de la gesta independentista, en el momento cuando el pueblo de Caracas asumió la decisión de soltar amarras de la nave imperial española. Fueron Bolívar, Rivas, German Roscio y Miranda, entre otros, quienes escuderos de sus tiempos se colocaron a la vanguardia de toda una sociedad, la cual soterradamente venia buscando el sendero que la llevaría a la libertad.

Ese derecho a la insurgencia estampado nítidamente por el Constituyente del noventa y nueve en el artículo citado, estuvo presente con antelación en los alzamientos que protagonizara Ezequiel Zamora, junto a sus campesinos agobiados por la oligarquía mantuanera que los subyugaba desde los iniciales días de la recién creada República. También ese espíritu redentor aparece en las almas juveniles de los muchachos de la generación del 28 cuando Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Gustavo Machado y Pio Tamaño, irrumpen contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, iniciando con ello la constante resistencia civil antigomecista.

En eso de desconocer a cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos, nuestro pueblo tiene un largo trecho histórico recorrido. Dura fue la resistencia contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, pero al final del túnel apareció la libertad en manos de Fabricio Ojeda y los jefes de la resistencia civil, liderada por los partidos políticos Acción Democrática, Unión Republicana Democrática, COPEI y el Partido Comunista de Venezuela. De manera que hoy más que nunca, está planteado reivindicar ese espíritu verdaderamente bolivariano, definido sabiamente por el constituyentista en el tan polémico artículo 350 de la CRBV.

El fraude constituyente es el peor intento por arrebatarle a los venezolanos las conquistas democráticas obtenidas, a costa de grandes revueltas políticas y sociales con sus muertos, presos y exiliados. Nicolas Maduro ha topado con la Constitución y el pueblo de Venezuela, quien nítidamente estableció que en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios y el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar, refundó una República Democrática, Participativa y Protagónica.  Que lo sepa el mundo entero, en esta lucha nos asiste el derecho a la Desobediencia Civil, estamos en las calles y de allí no regresaremos en Paz hasta tanto el sátrapa de Miraflores nos devuelva la democracia arrebatada.

 

DC / Douglas Zabala / @douglazabala

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