El gobierno del presidente de EE UU, Donald Trump, ha emprendido una campaña contra el tráfico humano que incluye la detención de los padres indocumentados y que pagan para que sus hijos sean llevados de manera clandestina a este país.
La portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) Gillian Christensen aseguró hoy a Efe que la iniciativa se centra «en la identificación y detención de personas involucradas en operaciones ilícitas de contrabando de seres humanos».
Esta campaña incluye «a los tutores legales que han pagado a las organizaciones criminales para introducir a los niños de contrabando en Estados Unidos», explicó Christensen.
El ICE «tiene como objetivo interrumpir y desmantelar de extremo a extremo los caminos ilícitos utilizados por organizaciones criminales transnacionales y facilitadores de contrabando humano (..) Los tutores legales que han puesto a los niños directamente en peligro al confiarlos a organizaciones criminales violentas serán responsables por su papel en estas conspiraciones», añadió.
Esta nueva campaña del ICE responde a las directivas emitidas en febrero por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que incluían la posibilidad de presentar cargos o expulsar a los padres que paguen a un «coyote» (traficante de personas) para que ayude a sus hijos a cruzar la frontera.
Tal y como denunciaron hoy en una llamada telefónica organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes y refugiados, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) comenzó a compartir información con el ICE sobre familiares de niños no acompañados en Estados Unidos tras la orden ejecutiva de Trump.
La información del CBP sobre menores que llegan solos a EE UU con la ayuda de «coyotes» es ahora supuestamente utilizada, según fuentes que citan esas organizaciones, para rastrearlos y detenerlos en sus propios hogares para deportarlos.
El grupo Niños en Necesidad de Defensa (KIND, en inglés) aseguró que tienen registrada una docena de casos, pero reconoció que la información aún es confusa y ha sido confirmada por varias fuentes en Texas, Pensilvania, Nueva York y Virginia.
Según estas organizaciones, los niños que cruzan solos la frontera son cuestionados por el CBP y luego esa información la utiliza el ICE para detener a sus padres e incluso acusarlos de un delito de tráfico de personas.
«Hace dos semanas que llevamos escuchando rumores sobre las redadas a los responsables legales de niños no acompañados. Ahora sabemos que han empezado», aseguró el vicepresidente de KIND, Cory Smith, quien indicó que los impactos de esto «serán extremos».
«Volverán a traumatizar a los niños, sus responsables temerán ir a recogerlos a los centros en los que se encuentran tras cruzar la frontera y serán más vulnerables a las pandillas y los traficantes», agregó.
Por su parte, el director asociado del Equipo de Políticas de Inmigración del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, en inglés), Philip Wolgin, lamentó que el gobierno utilice a «niños vulnerables» para perseguir a sus propios padres.
«Se trata del último esfuerzo de Trump y su gobierno para separar a las familias. Separar a los niños de sus padres es el nivel de crueldad más extremo y no tiene nada que ver con la política o con la ideología», argumentó Wolgin.
El Departamento de Seguridad Nacional reconoce que 155.000 niños no acompañados fueron detenidos en los últimos tres años, mientras que según datos del Alto Comisionado para Atención de Refugiados (Acnur), el año pasado, solo en la frontera de Estados Unidos con México, fueron detenidos alrededor de 64.000 niños.
Estos niños huyen principalmente de la extorsión, el reclutamiento forzado en las pandillas, la explotación y la violencia sexual en El Salvador, Honduras y Guatemala, donde el crimen organizado, en especial la Mara Salvatrucha y la Barrio 18, siembran el terror y dominan amplios territorios con un ejército de miles de miembros.