Ante el contexto político que está atravesando el país, surgen diversos análisis y opiniones sobre como irá a desenlazar esta situación que afecta a todos los venezolanos, ya que ciertamente, no vivimos en una nación normal, cada día los niveles de confrontación son más elevados y la incertidumbre política, no solo afecta el tema del riesgo país, en las inversiones y la economía nacional, también provoca grandes niveles de frustración psicológica en los ciudadanos, genera una alta diáspora poblacional por efectos de la desesperanza ante un clima político y económico incierto.
Ciertamente, las posibilidades de diálogo y de acuerdo entre las fuerzas en pugnas han quedado completamente congeladas, el no reconocimiento entre las partes, la escalada de la violencia y la represión, aunado a las lamentables pérdidas humanas durante los últimos meses de protestas, han exacerbado la situación; sumándole mayores decibeles de conflictividad la posición impulsiva del gobierno de ir hacia adelante con su propuesta arbitraria e inconstitucional de imponer la Asamblea Nacional Constituyente, con el aval del CNE, quienes ya han estado recibiendo las postulaciones de los candidatos y del Tribunal Supremo de Justicia quien ha avalado la convocatoria, considerando que no es necesario un referéndum previo para su elección.
En tal sentido, el escenario parece vislumbrar que el proceso de elecciones de los asambleítas a la constituyente será un hecho para finales de julio, tal como lo anuncio la Rectora del CNE Tibisay Lucena, y aunque se ha descartado la reciprocidad de sectores políticos nucleados en la MUD, se ha filtrado información sobre la posible participación de un partido de oposición en este evento político promovido por el oficialismo, para cambiar las reglas del juego y pretender imponer una estratagema electoral para seguir en el poder. Considerándose una jugada maestra a la que ha apostado el conclave del PSUV, para ganarlo o perderlo todo.
Por su parte, los factores adversos han sido firmes en su estrategia de mantenerse en la calle hasta lograr un cambio, reclaman la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y la realización de elecciones generales en un plazo de 30 días, jugándose la carta de la presión internacional, a través del lobby ante distintos Jefes de Estados, el Parlamento Europeo y la OEA, que a la fecha no ha logrado un consenso sobre el caso Venezuela, suspendiéndose la sesión y convocando a un nuevo encuentro, que se realizará en México, donde ya la Canciller Delcy Rodríguez ha anunciado que la delegación venezolana hará acto de presencia para “reiterar la posición del país de retirarse de dicho organismo y para defenderse ante la injerencia extranjera”.
Desde esta perspectiva antagónica, puedo deducir que se mantendrá la presión de calle, con marchas, plantones y focos de violencia durante los próximos meses y aunque una prestigiosa consultora internacional (Eurasia Group), prevé una transición en Venezuela y una posible renuncia del presidente Nicolás Maduro, afirmando el “inminente” fin del régimen chavista, debo contradecirlos responsablemente, ya que mientras muchos sigan en su zona de confort, el poder militar siga fiel al régimen; los barrios, el pueblo llano no manifiesten su descontento y la clase empresarial siga actuando cautelosamente ante el llamado a un Paro General Nacional, cuidadosos en preservar sus patrimonios ante riesgos de saqueos y expropiaciones; el gobierno seguirá ganando tiempo y buscará sacarle todo el provecho al Poder Constituyente.
Finalmente, si el oficialismo y la oposición desde la Teoría del Juego no toman en cuenta el impacto de sus decisiones, y actúan racionalmente, considerando los límites y las consecuencias de sus acciones, pueden desatar un pandemónium, que nos lleve a una guerra civil.
Por lo tanto les exhorto, que estudien la obra de Thomas Schelling “La Estrategia del Conflicto”, donde la mayoría de escenarios entre seres humanos son de cooperación y conflicto, donde se da un interés común y mutua dependencia entre las partes, se busca gestionar el conflicto con soluciones aceptables y donde el conflicto termine en un escenario de negociación, “la victoria no está en el combate, la victoria está en las expectativas de las partes y la posibilidad de influencia respectiva”.
DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo/ Abogado dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia