El voraz incendio que devoró ayer en la madrugada la Torre Grenfell, un edificio de viviendas del centro-oeste de la capital de Reino Unido, cobró cinco vidas más y ahora la cifra oficial de fallecidos se ubica en 17 personas. Aún siguen buscando personas entre los escombros.
Más de 70 personas fueron trasladadas a distintos hospitales. Varias por haber inhalado humo, según dijo la policía. De ellas, 37 continúan hospitalizadas y 17 se encuentran en una situación crítica.
Muchas personas continúan desaparecidas. De hecho, se desconoce qué ha pasado con familias enteras que habitaban el edificio.
Los bomberos trabajaron durante toda la noche del miércoles tratando de apagar lo que quedaba de fuego.
Los últimos reportes señalan que pudieron llegar al último piso del edificio, pero no han conseguido revisar todo el bloque.
A los residentes más vulnerables se les llevó a centros de acogida de emergencia, otros fueron llevados a iglesias y a centros deportivos y comunitarios.
Fuentes de los bomberos de Londres informaron que es probable que no encuentren más sobrevivientes y que la cifra de muertos se incremente.
«Esta será una larga y compleja operación de recuperación. Y anticipo que el número de fallecimientos tristemente puede aumentar», dijo el comandante de la Policía Metropolitana Stuart Cundy.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo que el incendio en la Torre Grenfell se declaró como un «incidente serio».
DC/EN