Henys Reyes se siente triste. “A ratos me deprimo”, cuenta. Permanece en el piso 9 del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM) desde hace un mes. El equipo de especialistas del servicio de nefrología le diagnosticó rechazo irreversible del riñón que le trasplantaron hace 9 años y medio, por fallas en el consumo del tratamiento inmunosupresor.
“Me quería morir. Se me acababa el mundo. Lloré mucho. Fue una experiencia muy terrible”, narra, Rosángela Rocha, recordando lo que vivió hace un mes, también en el área de hospitalización del piso 9 del centro asistencial, cuando los nefrólogos le notificaron también de la pérdida del órgano por la misma causa, según afirma.
Reyes y Rocha integran el grupo de los pacientes trasplantados que en los últimos dos meses ha ingresado al HUM con síntomas de insuficiencia de su órgano injertado por la interrupción en la toma de los medicamentos antirrechazo debido al suministro irregular por la Farmacia de Alto Costo del Seguro Social, según asegura a una fuente de alta credibilidad del hospital
“Se está presentando un promedio de un rechazo del riñón por semana en los pacientes trasplantados, por problemas con las pastillas”, señala el informante, quien pide el anonimato.
El problema de Reyes, comerciante marabino de 50 años, fue con la Ciclosporina, que debía tomar a diario y de por vida. El fármaco prescrito por los especialistas del HUM para la salud del injerto se lo suministraba mensualmente la Farmacia de Alto Costo. Pero, durante marzo, abril y mayo de este año interrumpió forzosamente su consumo. El Seguro Social se lo dejó de entregar en enero y la reserva que tenía se le agotó. Dice que se lo volvieron a entregar el 22 de mayo, cuando ya el daño estaba hecho.
Rocha, ama de casa, de 33 años, residente de El Moján, en el municipio Mara, también dejó de tomar Ciclosporina, por un mes, porque la dejó de recibir en la Farmacia de Alto Costo.
“Estos pacientes trasplantados llegan con orina espumosa; hinchazón, sobre todo en los pies; creatinina elevada; urémicos, anémicos; débiles”, informa la fuente del HUM.
Reyes tuvo que ser ingresado el 3 de mayo con la creatinina elevada y la hemoglobina baja. Al día siguiente le realizaron una biopsia que arrojó como resultado 90% de rechazo por refropatía, según indicó Sila Ortega, su esposa.
La creatinina le siguió subiendo, por lo que hubo que conectarlo a la máquina de hemodiálisis el 7 de mayo, lo que no esperaba que le pasaría de nuevo después que el 5 de diciembre de 2017 su hermana Leidys lo liberó de ella al donarle uno de sus órganos excretores.
Este martes 7 de junio a Reyes hubo que extraerle el injerto. “Fue una cirugía de emergencia. Se le pegó un dolor muy fuerte y los médicos dijeron que había que sacarle el riñón porque estaba necrosado”, comenta su esposa.
Rocha empezó a sentirse cansada, débil, con vómitos y con valores elevados de creatinina que obligaron a su hospitalización el 18 de abril. Estuvo allí tres semanas. Ella conserva el riñón que le regaló su hermana Arelys, el 8 de agosto de 2007, cuando se lo colocaron en su cuerpo en el HUM. El sacrificio de su familiar no llegó a los 10 años, así como el de Reyes. Desde la primera semana de mayo regresó, igualmente, a la máquina de hemodiálisis.
Volver a la máquina como Reyes y Rocha es el mayor temor que experimenta, en el piso 8, Rafael Bracho, también trasplantado renal, de 49 años. Está hospitalizado desde este domingo 4 de junio por fallas en el funcionamiento de su órgano, trasplantado hace también 9 años y medio, de donante cadavérico.
Cuenta que hace dos semanas comenzó a experimentar edema en los pies y dificultades para respirar, revelando el examen de sangre creatinina elevada y hemoglobina baja, lo que llevó a los especialistas a su ingreso, por presentar rechazo del injerto, a causa también de la suspensión del tratamiento inmunosupresor.
Desde hace un mes no toma Azatioprina porque no se la otorga el Seguro Social. Se siente mejor. Dice que le ha bajado el edema y que ya respira mejor. Sin embargo, la creatinina es vez de bajarle le ha subido. Espera por las indicaciones de los facultativos.
Sin embargo, la fuente del centro asistencial asevera que “tampoco hay medicamentos en el hospital ni se consiguen en ninguna parte para tratar el rechazo del riñón”.
Esta situación no solo se está presentando en Maracaibo. Francisco Valencia, presidente la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), denunció este jueves ante el Parlamento del Mercosur (Parlasur), en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, que se contabilizan cinco rechazos de órganos por falta de tratamiento en el país.
Se trata de cinco niños, entre ellos Oliandry Bolivar, de 13 años, trasplantada de hígado, por falta de Prograf, en Caracas, según tuitió. No especificó procedencia.
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