El presidente cubano, Raúl Castro, reafirmó hoy el apoyo de la isla al Gobierno de Venezuela, atribuyó la convulsa situación que atraviesa ese país a intereses económicos y abogó por el «diálogo constructivo y respetuoso como única vía para encauzar las diferencias».
Castro insistió en la necesidad de denunciar y detener las «agresiones, sanciones e injerencias» de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y varios países que, a su juicio, buscan derrocar el gobierno constitucional de Venezuela.
El mandatario cubano se pronunció así durante un discurso en la Asamblea Nacional de Cuba (Parlamento unicameral), que hoy celebró una sesión extraordinaria para aprobar los documentos económicos rectores aprobados en el último Congreso del Partido Comunista, celebrado en abril del año pasado.
Raúl Castro, cuyo Gobierno es aliado político y económico de Venezuela, aseguró que los intereses económicos tratan de impedir la continuidad de la revolución bolivariana iniciada en ese país por el fallecido mandatario Hugo Chávez en 1999.
«Muchos líderes de las protestas son los mismos del golpe militar del 2002, del golpe petrolero del 2003 y de los actos violentos del 2014, quienes justifican sus acciones en el supuesto intento de ayudar a los venezolanos», apuntó.
Para Castro, la única manera de ayudar a los venezolanos es mostrando «con hechos el pleno respeto a la soberanía» y alentando el diálogo constructivo y respetuoso como única vía para encauzar las diferencias.
«Si en realidad preocupan los derechos humanos e integridad de las personas en Venezuela deben condenarse los acciones violentas golpistas que han causado muertos y heridos», señaló.
Además, recalcó la solidaridad de Cuba con «la unión cívico militar del pueblo venezolano y con el Gobierno encabezado por el presidente constitucional Nicolás Maduro».
Comparó las imágenes de jóvenes golpeados, apuñalados o quemados vivos con «los peores actos del fascismo».
Previamente la Asamblea Nacional cubana aprobó una declaración en la que reafirmó el apoyo de la isla al gobierno «legítimo» de Venezuela, ante los «ataques de la oposición interna y la derecha foránea».
Cuba y Venezuela son cercanos aliados políticos y económicos desde hace casi dos décadas, y la isla recibe de ese país un importante volumen de petróleo a precios preferenciales, aunque los envíos se han reducido casi a la mitad en el último año debido a la crisis que vive el país gobernado por Nicolás Maduro.
Miembros de la oposición venezolana han denunciado que Cuba ejerce una fuerte influencia en las estrategias del oficialismo de ese país. Raúl Castro también aludió a la actual situación en Brasil y manifestó «preocupación» por el desarrollo de los acontecimientos en esa nación, que a su juicio son consecuencia de los métodos empleados para destituir a la presidenta Dilma Rousseff.
Reiteró la solidaridad de Cuba con el pueblo brasileño y sostuvo que «solo el respeto a la voluntad soberana y al mandato del pueblo devolverán la legitimidad al sistema político de ese hermano país».
EFE