1. Aumenta el porcentaje graso aunque se coma lo mismo. Cuando se cruza el umbral de los 30 años hay un descenso automático del metabolismo. Esto significa que, si no se realiza actividad física, se queman menos calorías por minuto. A esto se suma, a partir de los 35 y, sobre todo, de los 40, la pérdida de masa muscular.
2. Redistribución de la grasa abdominal. Antes de los 40 o 45 años, las grasas se mantienen en glúteos y piernas para una posible lactancia, pero cuando las hormonas se reducen y la mujer se aleja de su período de mayor fertilidad. La grasa se redistribuye en el abdomen, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
3. Flacidez en brazos y piernas. Se registra una pérdida en la masa y tono muscular. En general, las mujeres que suben y bajan de peso constantemente, son las que más masa muscular pierden.
4. Pérdida de la elasticidad. Aunque sea posible fortalecer los músculos y sacar el exceso de grasa. Existen tratamientos cosméticos y quirúrgicos que pueden mejorar el aspecto, pero no es fácil recuperar la elasticidad de la piel que ha experimentado grandes cambios.
5. Tendencia a la hipertensión y colesterol. La falta de actividad física, el tabaquismo, la alimentación basada en comidas rápidas y el estrés hacen que la incidencia sea exactamente igual en el hombre y en la mujer. Acude con un especialista para que te realice chequeos de colesterol y triglicéridos.
6. Dolores de columna. Con el tiempo, los discos de la columna se comprimen, el abdomen se vuelve flácido. Entonces, ese trabajo de contención ya no se hace más y se producen protrusiones discales o hernias de disco.
7. Osteoporosis. Es importante que las mujeres jóvenes prevengan su aparición realizando una dieta rica en calcio y ejercicios de fuerza muscular. Esto sirve para acondicionar los músculos, volverlos más resistentes y fuertes. También fortalece la unión del músculo con el hueso a través de los tendones.
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