Las esponjas de cocina, debido a su naturaleza porosa y la capacidad de remojo de agua, funcionan como incubadoras ideales de microorganismos. En concreto, de parientes cercanos de las bacterias que causan neumonía y meningitis, según un estudio del Instituto de Medicina de Precisión (IPM) de la Universidad de Furtwangen, Villingen-Schwenningen, en Alemania.
Este elemento tan común en todas las cocinas y tan relacionado con la higiene doméstica contiene cantidades ingentes de bacterias como la Campylobacter, Enterobacter cloacae, Escherichia coli, Klebsiella Proteus, Salmonella y Staphylococcus.
Según la investigación, publicada en la revista Scientific Reports, un solo centímetro cúbico podría estar repleto de bacterias, lo que corresponde a alrededor de siete veces el número de personas que habitan la Tierra.
Dichas densidades bacterianas, dicen los científicos, sólo se encuentran en las heces. El estudio demostró que los ambientes de la cocina reciben más microbios que inodoros, aunque menos que los desagües. Así, las esponjas de cocina poseen la segunda carga más alta de coliformes de toda la casa, después de los desagües.
¿Cómo librarse de las bacterias?
Parece que lavarlas no solo no soluciona el problema, sino que lo empeora. Durante el estudio, ningún método por sí solo fue capaz de conseguir una reducción bacteriana general de más de aproximadamente 60%.
La única solución para mantener las bacterias al mínimo en la cocina, según los expertos, es sustituir la esponja de cocina todas las semanas.