El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles una prohibición a que personas transgénero sirvan en el Ejército de Estados Unidos, tomando desprevenido al Pentágono, que no pudo explicar lo que describió como «indicaciones» de Trump.
Su afirmación, en Twitter en lugar de en un anuncio formal, despertó una oposición bipartisana y dejó en el limbo a los soldados transgénero que sirven ahora en las fuerzas armadas.
«Por favor, tengan en cuenta que el Gobierno de Estados Unidos no aceptará ni permitirá a personas transgénero servir en ningún modo en el Ejército de Estados Unidos», tuiteó el martes el comandante en jefe.
Trump dijo haber consultado con «mis generales y expertos militares», pero no mencionó al secretario de Defensa, Jim Mattis, un general retirado de infantería de marina que dijo hace menos de un mes a los jefes de las fuerzas armadas que dedicaran otros seis meses a estudiar los costes y beneficios de permitir que se enlisten personas transgénero.
Mattis dijo entonces que esto «no presupone el resultado del estudio», pero los tuits de Trump parecieron hacer precisamente eso.
El Pentágono ha rechazado dar datos sobre el número de personas transgénero que sirven ahora en sus filas. Un estudio de Rand Corp. estimó que habría entre 1.320 y 6.630 personas entre los 1,3 millones de militares en activo.
Las críticas a la decisión de Trump fueron inmediatas y firmes en ambos partidos.
La senadora demócrata Kirsten Gillibrand, de Nueva York, tachó la medida de «dañina, errónea y que debilita en lugar de fortalecer nuestro Ejército».
John McCain, republicano por Arizona y héroe de la guerra de Vietnam, dijo que Trump simplemente se equivocaba.
«A cualquier estadounidense que cumpla los estándares médicos y de preparación actuales se le debe permitir que siga sirviendo», afirmó. «No hay ningún motivo para obligar a miembros en servicio capaces de combatir, entrenar y desplegarse a abandonar el Ejército, sin importar su identidad de género?.
No todo el mundo estaba de acuerdo en el Capitolio.
«La decisión del presidente fue absolutamente la decisión correcta (…). Ya era hora de que se tomara una decisión para restaurar la cultura de guerreros y permitir que el Ejército de Estados Unidos vuelva al trabajo», afirmó el republicano Duncan Hunter, miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
Varios militares transgénero expresaron su preocupación sobre su futuro.
«Todo el mundo está dolido, todo el mundo tiene miedo», comentó Rudy Akbarian, de 26 años, que está en el Ejército pero no quiso identificar su rama.
Akbarian, que dijo haber recibido apoyo de sus superiores cuando hizo la transición de mujer a hombre, dijo que se acerca su fecha de reenganche y puede que decida quedarse para asegurarse de que hay una voz fuerte para hablar por los militares transgénero como él.
«Voy a mantener la esperanza», dijo. «Estados Unidos es muy progresista y definitivamente inteligente, y hay muchos miembros transgénero que sirven en puestos clave».
Shane Ortega, un sargento retirado de 30 años en Los Ángeles, dijo estar más preocupado por los civiles que por los militares transgénero.
«Cuando Donald Trump ataca a aquellos a los que Estados Unidos llama héroes o clase guerrera, es sólo una cuestión de tiempo antes de que empiece a atacar al público estadounidense, y eso es lo que más temo», dijo Ortega, que hizo la transición de mujer a hombre cuando servía en el Ejército y que cumplió misiones de combate en Irak y Afganistán.
Horas después de los tuits de Trump, el secretario de Defensa, que estaba de vacaciones esta semana, no había hecho declaraciones públicas y el Pentágono derivó todas las preguntas a la Casa Blanca.
El Departamento de Defensa trabajaba con la Casa Blanca para «abordar las nuevas indicaciones» de Trump, según el capitán de la Marina Jeff Davis, portavoz del Pentágono. Eso apuntaba a que aún no habría ningún decreto ni norma escrita.
La repentina declaración de Trump pareció poner fin a una tendencia de varias décadas hacia una política más inclusiva en el Ejército, incluida la revocación en 2010 de la prohibición de que los militares se declarasen abiertamente homosexuales.
Cuando se le preguntó por el tema la semana pasada, el general Paul Selva, vicepresidente del Estado Mayor, dijo en una vista en el Senado que era ?un defensor de que cualquier persona cualificada que pueda cumplir los estándares físicos para servir en nuestros servicios de uniforme pueda hacerlo?. Dijo que no había oposición entre los jefes de las fuerzas armadas al servicio de militares transgénero.
Durante su campaña electoral, Trump se presentó como un posible aliado de homosexuales y lesbianas, prometiendo ser un «auténtico amigo» de su comunidad.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo que Trump había tomado una «decisión militar». El presidente, señaló, era de la opinión de que permitir que sirvieran los transgénero «erosiona la preparación militar y la cohesión de las unidades».
Sanders añadió que «el equipo de seguridad nacional del presidente formó parte de esta consulta» y que Trump «informó» a Mattis de su decisión inmediatamente después de tomarla el martes.
Los tuits de Trump siguen a una disputa en el Congreso sobre el financiamiento federal de las cirugías de cambio de sexo. La Cámara de Representantes rechazó este mes una propuesta para poner fin a la práctica introducida durante el gobierno de Obama de exigir que el Pentágono cubriera esos costes.
DC/AP