Enrique Iglesias logró llenar ayer El Sardinero en Santander en un concierto al que asistieron 30.000 personas, según el propio cantante. Sin embargo, el resultado no fue el esperado. Lejos de convertirse en una fiesta de baile y canto, los fans del cantante se sintieron estafados, acabaron pitándole y muchos piden la devolución de las entradas.
El concierto empezó media hora tarde de lo previsto, con el cantante saliendo de la mitad del campo por una pasarela con cinta transportadora, y al ritmo de su último single, “Súbeme la radio”. A partir de ahí, todo fue un desastre.
Iglesias abandonó el escenario entre pitos, abucheos y gritos de “manos arriba, esto es un atraco”, después de haber cantado solo diez canciones. Además, hubo numerosos fallos de sonido que impedían al público disfrutar de sus canciones favoritas.
“No ha sido capaz ni de poner un puétero CD para hacer playback. Esto es una vergüenza. Queremos devolución de los entradas ya”, aseguraba una de las fans en un vídeo colgado en Twitter.
Entre las canciones que sonaron estuvo Bailamos -en dos ocasiones-, El perdedor, Cuando, Be with you, Tired, Escape, Tonigh y, finalmente, I like it, tras la que abandonó el escenario y no volvió. Entre los gritos del público y tras pasar unos minutos, los responsables de producción comenzaron a desmontar el escenario.
Fuera continuaban las críticas. “Primero, no te puedes ir del concierto sin despedirte. Segundo, da un poco más por los fans. Y tercero, ¿cómo ibas?, amigo. Los fans no se merecen esto”, dice otra asistente en su cuenta de Twitter.
https://twitter.com/JudithRamajo/status/886362740939513857
La percepción que el cantante tiene de su concierto parece ser totalmente opuesta a la de sus fans. Unas horas después del concierto colgaba un vídeo en su Twitter agradeciendo a Santander “una noche mágica”. En el vídeo asegura que la noche ha sido inolvidable y manda un “fuertísimo abrazo a todos los que han ido hasta allí para ver el concierto”.
DC | La Vanguardia