Cuando hacemos una retrospectiva de la historia contemporánea de nuestra Venezuela, nos encontramos con un elemento recurrente en ella, y es que desde la impronta de la Constitución del Estado Nación en 1811, nunca se le ha dado forma al federalismo genuino en el país, la razón es muy sencilla en todas las constituciones; 27 constituciones para hacer exacto, no se ha ventilado el auténtico federalismo que le abriría paso al desarrollo del país.
Cada constitución ha venido a realizarse con la impronta de cada gobernante, de forma ajustada a sus beneficios personales y que mejor sistema que el de un modelo de republica con sistema centralista.
Ante las pretensiones de un régimen decidamos dejar de ser una provincia y damos el paso a un Estado moderno, democrático, desarrollado y lejos de todo proyecto totalitario, comunista, estatista en las relaciones de poder.
Transformemos nuestros Estados en reales Estados Federales, autónomos, autosuficiente y con las mejores relaciones con el mundo globalizado. ¿Qué nos detiene? La ambición y la mezquindad petulante de un centralismo que arrastramos de los tiempos decadentes de la colonia del s XIX.
Hacer valer nuestros derechos, inicialmente como ciudadanos, como políticos, y luego como sociedad, basta ya que desde el centralismo fracasado se roben los destinos de millones de hombres y mujeres, de toda una nación.
Configurando la división político territorial en un auténtico Estado Federal; el Zulia y ningún otro Estado del País tendrá que pasar por los excesos y arbitrios del régimen central, que además, por si fuera poco es presidencialista; terminaríamos con los siniestros excesos del presidencialismo, pondríamos limitaciones a las leyes emanadas por el poder legislativo nacional y decisiones del poder judicial o del mismo poder ejecutivo, que contravengan el desarrollo interno de la región.
Retomaremos aquellos principios clásicos de República Federal. Haciendo nuestras propios gobiernos parlamentarios con todos los poderes de un Estado Federal Autónomo en lo Legislativo, Administrativo, Político, Financiero, Fiscal, Judicial y de Seguridad Social de frente al régimen central.
Al estar en situaciones reincidentes, que régimen tras régimen, proceso tras proceso de ambiciones personalistas desde el centralismo, que de hecho la tendencia fuera a desaparecer, los ponemos en jaque con el sólo aviso que de atreverse a emanar una ley que perjudique el desarrollo de la ciudadanía y por ende del Estado Federal al cual representamos, lo desconoceríamos por completo sin relación de poder alguna sobre nuestras decisiones y acciones internas en pro de nuestro propio desarrollo.
La tarea está en convertir al Zulia, en luz de orientación y ejemplo para el resto no sólo de Venezuela, sino para toda Latinoamérica. Es el momento de decirle no a las intenciones de cualquier régimen que pretende relegarnos a una sociedad arrastrada y servil a las ambiciones del centralismo personalista y cipayo de injerencias extranjera como la peor que es la del Castro en nuestra Región.
El poder legislativo central ha tenido en dos siglos, innumerables oportunidades de consolidar el federalismo que ha beneficiar y conferir a los distintos Estados Nacionales el Federalismo autonómico del que gozan naciones desarrolladas, en el cual las intenciones megalómanas de cualquier dictador no caben, por el simple hecho que el federalismo no sólo está concebido para el desarrollo de los pueblos sino también como control del poder.
Cuando se asume la visión de Estado Federal, no tienes que estar sujetos a ninguna ley que contravengas los principios y valores republicanos de una nación desarrollada, para ello se requiere hacer nuestro propio consulta y que tal decisión emane del mismo pueblo.
¿Cómo? A través de un referéndum que involucre a todos los sectores, a toda la sociedad en un mismo fin: el desarrollo, y salir de una vez del círculo del anti desarrollo en el que hemos girado desde la fundación de la república centralizada en los albores de la independencia.
¿Cuándo lo lograremos? Cuando los políticos de las regiones comprendamos que venimos trabajando durante años, décadas en fortalecer el centralismo, el cual ha generado caos y miseria, además de ser siempre la grieta a las proyectos totalitarias que se permean en la política.
¿Qué se necesita? A todos los factores políticos y sociales, a la iglesia, las universidades, los industriales, la pequeña y mediana iniciativa privada, los comerciantes, los trabajadores, los gremios de profesionales, los sectores agroindustriales, agricultores, ganaderos, pescadores, campesinos y muy especialmente el ciudadano de a pie, al cual hay que explicarle e invitarlo a que se incluya en el camino de la federación autonómica de la región para su beneficio y el de la nación.
¿Qué lograremos cuando logremos constituir un Estado Federal Autónomo? El poder darle soluciones a nuestros problemas internos sin la necesidad de requerir la aprobación del régimen central. Disminuir la corrupción, desarrollar la economía, mejores relaciones con nuestras Estados fronterizos, y con el mundo en pro del desarrollo de la nación, aprovechamiento de los recursos naturales, mayor ingreso fiscal, los ingresos fiscales se invertirán de forma directa en crear infraestructura de calidad y mejorar las vías de comunicación de calles, carreteras, autopistas, en especial la de las sectores deprimidos a donde no llegan los planes de mejoramiento y creación de infraestructura; con Educación de calidad de acceso a los sectores desmoralizados, lo cual es una de las causas naturales de la inseguridad.
Sin los gastos burocráticos que el centralismo representa. Disminuir vertiginosamente la inseguridad, ya que se atenderá de forma más inmediata el tema de la seguridad. Mejor y mayor infraestructura, el poder hacer nuestras propias leyes adaptadas a los requerimientos y necesidades de la región, tener nuestro propios parlamentos, desarrollar la economía, gozar de un ambiente óptimo para la inversión de capitales nacionales e internacionales, lo cual crearía suficientes empleos.
Porque el federalismo: porque es el único camino para crear naciones prosperas, con infraestructura de calidad, porque el modelo federal es capaz también de impedir cualquier proyecto de dictadura o Estado totalitario tanto en lo interno de la región como en lo externo; además para tener nuestras propias leyes adaptadas a los desafíos del milenio.
Para que lo haremos: para entregarle a nuestros hijos, las generaciones de relevo un modelo de nación ejemplar, de desarrollo, de paz, empleo productivo que respete y garantice la propiedad.
DC / Albert Geovo / Abogado, Maestrando Ciencias Políticas/ albertgeovo@gmail.com / @aegeovo