Lady Macbeth es un personaje de la obra teatral Macbeth de William Shakespeare, la esposa de lord Macbeth, un noble escocés. Tras incitarle a que cometa regicidio, se convierte en reina de Escocia, pero después se siente culpable por el crimen cometido. La poderosa protagonista de la obra, reprime sus instintos de compasión, maternidad y fragilidad, en favor de la ambición, la dureza y una resuelta persecución del poder.
Al igual que Lady Macbeth, obsesionada con que su marido se convirtiera en rey, las primeras combatientes de algunos países, apoyaron o siguen apoyando sin vacilaciones las políticas represivas de sus esposos y dándose banquetes con los dineros del pueblo. Los lujos y fortunas de las primeras damas son incalculables. Es que cada tiranía tiene su propia Lady Macbeth.
Dice el escritor mexicano Enrique Krause, que a la esposa de Juan Domingo Perón, “las joyas la enloquecían o, más bien, la nutrían y tranquilizaban, pero no desdeñaba el dinero contante y sonante”. María Eva Duarte de Perón, “Evita”, al morir de 33 años, poseía mil 200 plaquetas de oro y plata, 3 lingotes de platino, 756 objetos de platería y orfebrería, 144 broches de marfil, una esmeralda de 48 quilates, mil 653 brillantes, 120 pulseras y 100 relojes de oro, collares y broches de platino, otras piedras preciosas, además de acciones e inmuebles, todo valuado en decenas de millones.
Esas combatientes estaban fascinadas con el poder y decidieron quedarse en su rol de primeras damas y defender a sus maridos hasta el último minuto. Salvo Leila Trabelsi, que convenció a su amado, Abidine Ben Alí, de abandonar el gobierno cuando todo se desmoronaba en Túnez, pero antes se guardó todas las reservas de oro y dejó al país en la carraplana. En apenas una década, Leila consiguió una fortuna de varios miles de millones de euros para ella y sus diez hermanos y hermanas que recibían comisiones por todos los negocios que dependían del gobierno.
Una inveterada costumbre en las esferas gubernamentales es la utilización de militares de alta graduación para que carguen carteras de marca y otras cositas propias del poder a la primera dama. Una de ellas, en un viaje a China, fue captada por la prensa internacional bajándose del avión y detrás un militar llevaba su cartera. Si se tienen costosas joyas y carteras modelo Black Caviar Double Flap, perteneciente a la reconocida firma Chanel, Gucci o Carolina Herrera de 4500 dólares, es lógico pensar que deben estar bien custodiadas.
Quienes manejan sátiras, dicen que las carteras en poder de militares que acompañan a la pareja presidencial contiene un código secreto que solo conoce el autócrata para activarlo cuando los opositores pongan en peligro su mandato. Él tiene la última palabra para la activación de paramilitares. Es algo parecido a los códigos de oro: la clave que otorga al presidente de EE.UU. el poder de desatar un ataque nuclear.
DC / Noel Álvarez / Coordinador Nacional de IPP-Gente / @alvareznv