José Gregorio Quintana Zamora, un jubilado de la Marina mercante de 83 años, y su empleada doméstica, de la cual solo se tiene información de que era de nacionalidad trinitaria y se llamaba Jenny, fueron asesinados la mañana de este lunes en una de las quintas de la calle Gloria de la urbanización El Country Club, en el kilómetro 19 de El Junquito.
Vecinos comentaron que el crimen se desarrolló aproximadamente a las 6:00 de la mañana, cuando cuatro sujetos se encontraban a la espera de que alguno de los dueños abriera la puerta de la residencia. En efecto, Marlene de Quintana, de 73 años, hizo lo propio cuando sacó a sus dos perros de la casa. Al salir fue interceptada.
Tras el ataque, la mujer opuso resistencia; por ello, uno de los delincuentes le disparó; no obstante, la bala le rozó la parte izquierda de la cabeza y fue trasladada al Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, donde tras la atención médica quedó fuera de peligro.
Sin embargo, ni su esposo ni la empleada doméstica corrieron con la misma suerte. Los hombres luego de dispararle a Marlene siguieron el camino y se les atravesó Jenny a la altura de la cocina. Con la mujer no tuvieron piedad y la derribaron al son del puñal.
Solo quedaba José Gregorio, quien descansaba todavía en su habitación, pero al escuchar los ruidos se levantó y cuando pretendía salir los delincuentes le ganaron la partida y lo dejaron en su cama nuevamente, pero muerto. Luego de robar algunas pertenencias, y en el momento de la huida, los delincuentes dejaron sus puñales a las afueras de la casa.
La primera persona de enterarse del hecho fue uno de los hijos de la pareja, quien aproximadamente a las 8:00 am fue en búsqueda de una computadora y las llaves del negocio, pues la familia tiene una empresa de tequeños en la zona. Al momento, dio parte a las autoridades.
Vecinos de la urbanización calificaron a la zona de “roja” e “insegura” y que se encuentra azotada por una banda que opera en sus alrededores. Esta es la segunda vez que sujetos desconocidos se metían en la vivienda de los Quintana Zamora para robarlos. Lugareños subrayaron que se encuentran en las “manos de dios”, pues a pesar de que tienen una casilla de vigilancia, los encargados de la seguridad no tienen ni patrulla ni tampoco arma.
DC | El Pitazo