Y llegamos a esto, a lo más simple y brutal. Voceros calificados de la dictadura, huérfanos de todo pudor, aseguraron que los centros de votación estuvieron “full de gente”, la votación se hizo en paz, le dieron una lección al mundo y hasta acusaron a los medios de no implementar el acostumbrado operativo electoral.
En un simulacro de originalidad, circuló un motivo gráfico proclamando “todo el poder para los CLAP”. Los mismos que intentaron el vil chantaje de entregar una parte de las bolsas de comida antes de las votaciones y, constatándolas, dejaron como una promesa de improbable cumplimiento la otra, por aquello del que parte y reparte le toca la mejor parte, todo un principio newtoniano del régimen.
Queda atrás el antiguo espectáculo de los comicios de la tal democracia participativa y protagónica, importándoles un bledo que todo el mundo sepa, viva y sufra las generalidades y pormenores del fraude constituyente. O, mejor, que se sepa que mienten con un descaro gigantesco.
Descaro que les viene de una remota escuela, la de la ultraizquierda que, luego, se reconvirtió y se hizo exitosa con la antipolítica de finales del siglo pasado. Son los mismos que, en las remotas elecciones liceístas y universitarias, aplicaban el otro principio que los universaliza, el de Jalisco: si no ganan, arrebatan.
Demasiado claro que infundieron el terror, los tales centros de votación estuvieron vacíos, arrojando cifras de la más disparatada invención. Y, como las más acendradas dictaduras de la barbarie, llegando a lo más bajo, se creen radicalmente impunes.
El ejercicio de la violencia más primitiva se ha unido a la falsificación más descarada de una realidad que, incólume, sigue su curso. Y el esfuerzo de todo un pueblo que, en su indetenible ascenso ciudadano, la reivindicará, no ha concluido.
El desempeño del liderazgo responsable, sobrio y corajudo, muy bien lo sintetizamos en la conducta y el mensaje de María Corina Machado, cuya perseverancia y claridad es reconocida por todos. Acumulada una experiencia tan inédita como las respuestas que ha dado la oposición democrática, retrotraídos a etapas impensables de la historia, abrimos otra imparable hacia la libertad, llena de los dolores propios de un difícil, pero segurísimo parto del que sabe muy bien la lumpen-dictadura.
DC / Luis Barragán / Diputado AN / @LuisBarraganJ