Los comunistas, desde el inicio de su propia conformación ideológica, han sido y serán siempre una ´´cosa soez y despreciable. Por esa circunstancia, “nadie duda” en la actualidad en Venezuela, que lo dicho por la Fiscala Luisa Ortega Díaz es de una verdad más grande que la Catedral de Montmartre; esta señora, rompió paradigmas, todos ellos inesperados para el régimen y para los cubanos que jamás pensaron que los desmanes y delitos cometidos para permanecer en el poder se conocerían en algún momento del transcurrir comunista en el país y mucho menos por alguien que siempre se llamó revolucionaria y combatió contra los gobiernos de la mal llamada 4ta república en la lucha armada guerrillera, en las montañas de este país en la década de los sesenta e inicios de los setenta, bajo las órdenes dadas por Fidel desde La Habana.
Ella fue fiel a Chávez y viceversa, nunca actuó para defender los DDHH de las víctimas de la persecución que el “comandante eternamente enterrado” realizó contra sus adversarios, al contrario, ayudó con sus tropelías funcionariales a la violación del estado de derecho en Venezuela y contra su CN; eso le dio “background” para enfrentarse al engendro y a su consorte, que le declararon la guerra. Nunca aceptó los desplantes de la “primera combatiente” en su interés por exterminarla de la política y aun más del poder; ella gallardamente resistió, movió sus piezas del ajedrez político revolucionario de manera inteligente, y logró que el engendro no tuviera otra opción que apoyarla en su reelección como Fiscal de la Republica. Sin embargo, se preparó para enfrentarlos, no solo a la pareja en el poder, sino a todos aquellos que la adversaban dentro del PSUV; recabó información sobre las actividades delictivas bien conocidas, del engendro, de su consorte y de la familia de esta, de diablodado, de los Tarek, los Rodríguez y de todos aquellos que la adversaron.
Hoy logró “escaparse” de las pezuñas asesinas del régimen y disfruta su victoria; los demócratas del mundo la apoyan porque ha dado un paso, inconmensurablemente importante, para impedir que en Venezuela el robo de los dineros públicos, el narcotráfico, el sicariato, el contrabando, el lavado de dinero, la miseria y la muerte de su pueblo sean la filosofía de acción de este régimen forajido. Solo los ingenuos e ignorantes apoyan al engendro y su régimen (9%). Quien duda que el engendro, su consorte y sus familias están incursos en actividades de narcotráfico, los sobrinos lo dijeron todo en el juicio que enfrentan en EEUU por sus actividades ilícitas; quien duda que diablodado, como lo dice sabiamente el senador Rubio, es el nuevo Pablo Escobar del continente: esconde la mano que roba y delinque, pero no la que gasta; quien duda de los Tarek ligados al tráfico de drogas y al terrorismo entre otros delitos; quien duda de los “patas en el suelo” de los rodríguez, hoy ricos hasta el cansancio, pero sin el “sudor en la frente·, son forajidos en acción a ver quién desfalca al país de la manera más insolente y así sucesivamente de los miembros del TSJ, del CNE y del PSUV.
Luisa Ortega Díaz está clara, a pesar de sus errores cometidos, que no hay otra opción para salvar al pueblo venezolano de la catástrofe que está sufriendo; es necesario imprescindible y urgente que se conjuguen las fuerzas exógenas y endógenas amantes de la democracia, de las libertades, de la paz, de la pluralidad política y del progreso, en el trabajo conjunto para que el Tribunal de La Haya, los del continente y lo poco que queda de justicia a lo interno, hagan su trabajo para que el comunismo como plaga destructiva, perezca y consoliden en tiempo y espacio los elementos constitutivos del Estado de Derecho y de la defensa integral de los DDHH,
DC / Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com