La destrucción de la democracia, del tejido social e institucional y la ruina económica del país, se combina con la presencia de una feroz y malandra dictadura, que en su agonía se aferra al poder, a través de una cruel represión y de su habilidad para la maniobra y la mentira; en medio de ello hay una dinámica política muy intensa y compleja, que hace que cualquier decisión sea conflictiva.
Pero algo si es seguro, existe un enorme descontento y una firme determinación de un pueblo por desalojar del poder a las mafias,en ese interés se han sumado factores disidentes del régimen y militares, que han lanzado algunos destellos insurreccionales, lo que amerita un cuidadoso análisis político y adecuaciones tácticas. Sería catastrófico improvisar, hay que reforzar los valores agregados al cambio, el espíritu unitario; combinación correcta de todas las formas de lucha que estén a nuestro alcance y prepararse anímica y organizativamente para todo.
En ese sentido se debe entender la participación en las elecciones regionales como una acción complementaria, que coadyuva al objetivo estratégico, esa decisión no contrasta con la protesta social y política, ni con la eventualidad de una insurrección cívico-militar, o con la definición de un programa de cambio de rumbo para el país. La clave es entonces, tener la habilidad para definir en cuál y en qué momento una de estas alternativas tiene mayor peso.
Cualquier estudio nos indicaría que hay sectores de la sociedad a favor de una salida violenta, pero siempre la salida electoral, tendría el respaldo de las mayorías, eso no quiere decir que estos asuntos se dirimancon encuestas, pero menos por los deseos, las emociones o los mitos, como el de quienes plantean que una dictadura no cae por elecciones, o quienes se van al extremo de desear una intervención militar extranjera.
Sabemos de los argumentos contrarios a la participación en las elecciones regionales:el régimen cerró esa válvula de escape y truncó el derecho al voto; se considera que es una traición, porque obstaculizan la lucha por el cambio político,oxigenan y legitiman una tiranía, que consumó el delito constituyente a sangre y fuego, 132 jóvenes asesinados, decenas de miles de heridos y miles de detenciones arbitrarias;se concibe la lucha por ganar gobernaciones, como algo separado del objetivo principal que es salir de Maduro y de la tragedia que él envuelve;y tenemos al frente mafias, que en su afán de eternizarse en el poder, acuden a sus únicas pericias, el control hegemónico, ventajista y tramposo de los procesos, junto con el uso abusivo de los tributos del pueblo, de las riquezas del país y del narcotráfico.
Pero como se observa, estos y otros argumentos, no son contradictorios con la inscripción de los candidatos, recordemos aquella premisa deaprovechar cualquier rendija que este tipo de regímenes dejen abierta, para sumar voluntades y acumular fuerzas; hay queasumir esta tarea en el marco de la lucha por un nuevo CNE y de mejores condiciones, entenderla como una jugada táctica, quepuede conducir al régimen a caer en su propia trampa, o se someten a una derrota aplastante o las suspenden, llevando a incrementar su largo expediente negro de abusos y su aislamiento interno y externo, por lo cual no se debe desdeñar este instrumento como parte integrante del todo y de la estrategia.
DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila