Desalojaron a familias en Petare por peligro de desplome de edificios de GMVV (Fotos) #5Sep

El movimiento de camiones fue constante durante todo el día de ayer en Paulo VI, en Petare Sur. Trasladaban hacia un galpón los enseres de 55 familias que vivían en los edificios 5, 6 y 7 de la terraza 10, la más vulnerable del urbanismo Argelia Laya, de Misión Vivienda, inaugurado en 2010 y cuyas estructuras comenzaron a agrietarse seis meses después de ser habitadas. Los daños se han ido agravando al punto de que los edificios están inclinados.

Las 55 familias (174 personas) evacuadas serán llevadas a los refugios La Pomarrosa en Catia y la Torre El Chorro en la avenida Universidad. Son ocupantes ilegales que llegaron al urbanismo en 2013, luego de que los primeros residentes fueron desalojados por el riesgo que corrían. Para evitar que esto se repita, Manuel Quevedo, ministro de Vivienda, informó el domingo que las estructuras serán derribadas.

Otras cien familias que habitan el resto de las torres de la terraza 10 aguardan reubicación en Caracas pero la oferta que recibieron por parte del Ministerio de Hábitat y Vivienda son inmuebles en Río Chico y Charallave, lugares a los que se niegan a trasladarse.

En total son 37 edificaciones y 600 las familias que deben salir del urbanismo Argelia Laya. Todo el complejo está afectado pues se levantó sobre una falla geológica activa, muestra de ello es el agrietamiento progresivo del suelo y los continuos deslizamientos de tierra.

Es una zona de canteras donde nacen muchos riachuelos y cauces de manantiales, con un alto nivel freático. Durante más de doces años la asociación de vecinos de Paulo VI denunció que ese proyecto habitacional era inviable, pero todas estas advertencias fueron ignoradas, recordó Ingrid Palacios, vecina de la zona y concejal del municipio Sucre.

Reucar Rondón, de la torre 6, se resistía a montar sus enseres en el camión. Aunque en alto riesgo, la necesidad lo llevó a comprar su apartamento hace dos años por 150 mil Bs. Por su parte, María Borges, quien vivía allí con sus tres hijos, cuatro nietos y sus nueras, lucía resignada a pasar al menos dos años en un refugio antes de que le asignen otra vivienda.

A este drama se suma el de los vecinos de la urbanización Paulo VI cuya vialidad colapsó. Al construir el urbanismo le quitaron los cauces naturales a la montaña, no se hicieron las torrenteras ni las canalizaciones para las aguas de lluvias, lo que ocasiona que cada vez que llueve cae una especie de vaguada sobre la vía principal. Más de 700 toneladas métricas de sedimentos desdibujan hoy la carretera de 2 KM que tiene cinco tramos frágiles y en la que solo está habilitado un canal.

DC | El Universal

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