La industria del chocolate en Venezuela organiza su V Expoferia Internacional para “darle impulso” exportador a sus productos, en medio de la rampante crisis económica que atraviesa el país petrolero, y con la mira puesta en otro récord Guinness que promocione el llamado “mejor cacao del mundo”.
Más de 700 venezolanos elaboraron el jueves un mosaico con barras de chocolate que alcanzó los 18.56 metros de largo, una medida que lo convierte en “el más grande del mundo”, dijo a Efe Naudys González, director de Proyectos de la Fundación Nuestra Tierra, que organiza la cita.
Al menos tres especialistas en medidas certificados por Guinness corroboraron el registro del mosaico y se espera que hoy la organización ratifique el logro de los chocolateros venezolanos, que estarían rompiendo una marca que se instauró en Suiza hace más de 12 años.
Las 1.635 barras que conformaron el mosaico fueron elaboradas en Caripito, un sector del estado de Monagas, en el sureste de Venezuela, y cuyos agricultores del cacao hacen esfuerzos para promocionar su producción en el extranjero.
“Todo el cacao para las barras” también provino de esta zona, añadió González.
Tercero en fila
Sería el tercer récord Guinnes en años corridos para la industria del chocolate venezolano: en 2015 se fabricó en el país la moneda de chocolate más grande del mundo, de 874 kilogramos, y en 2016 se organizó la cata más grande jamás vista, con al menos 600 participantes.
Además, este año unos 120 agricultores del cacao y pequeños y medianos productores participan en la Expoferia para intentar dar a conocer sus mejores elaboraciones y un grano que, de acuerdo con los defensores del cacao venezolano, es “genéticamente perfecto” pese a su casi nula presencia en el mercado internacional.
Muchos de los expositores elaboran productos de forma artesanal para el mercado local, aunque la exportación es el sueño de todos.
“Para la exportación se necesita impulso y educar al artesano y al emprendedor, desde sembrar el cacao hasta hacer un chocolate refinado, que es el que gusta afuera”, dijo a Efe Maikoll Silva, directiva de la Fundación Nuestra Tierra.
Silva agregó que se realizarán ruedas de negocios, pero que la mayoría de estos se dan entre agricultores y productores locales, y que los compradores internacionales no representan por ahora un número significativo.
Con todo, sí habrán conferenciantes de países como México, Argentina y Colombia, que intentarán ofrecer sus visiones y experiencias a los productores venezolanos.
Para Arturo Samana, maestro chocolatero de la Fundación Macaure, el cacao venezolano “es el mejor del mundo” por su origen, pero lamenta que se haya perdido el “manejo de cosecha ancestral” que le hacía único y superior.
“Los saberes se degradaron”, dijo, al tiempo que rescató la producción de la zona costera de Chuao, en el estado de Aragua, en el sur de Venezuela.
Samana y su fundación educan en el arte de la elaboración de chocolate a cientos de jóvenes venezolanos que han desarrollado sus propias marcas con productos que, otra vez, atienden solo el mercado local, que dominan las grandes empresas.
“Es difícil la exportación”, reconoció.
Pero Silva cree que la mejor oportunidad la tienen los agricultores, especialmente los de Chuao, cuyo cacao es tan especial que tiene denominación de origen.
“El cacao venezolano se exporta en pequeñas cantidades, hay un pequeño mercado que está copado por (los agricultores de) Chuao”, señaló.
La Expoferia, que está abierta para todos los venezolanos sin costo alguno, enfrenta también los problemas que padecen los ciudadanos por la escasez del dinero en efectivo, y las transacciones electrónicas eran escasas el jueves, por no tener los expositores la infraestructura adecuada.
Entonces, si las ventas internacionales no eran suficientes, las de los pequeños productores, cuyas barras de chocolate podían superar los locales 20.000 bolívares -casi 6 dólares a la tasa de cambio oficial más alta- también eran escasas por la falta de dinero físico.