La falta de deseo sexual es un tema que puede generar tensiones o angustia en una pareja. Expertos aseguran que es un momento de total normalidad, en la que las parejas deben comunicarse y encontrar las razones de dicha situación.
Anticonceptivos: Las pastillas tienen como efecto secundario disminuir el deseo sexual. Una forma de evitar esto es buscar métodos que no contengan hormonas, pero siempre con la aprobación de tu ginecólogo.
Estrés, depresión y ansiedad: Estos tres males del mundo moderno afectan cada paso y cada rincón de nuestras vidas y hacen que lo que antes nos gustaba, o disfrutábamos, pierda su encanto (el sexo incluido). Además, muchas de las medicaciones que hay en el mercado para contrarrestar los efectos de la depresión y ansiedad también suelen afectar el deseo sexual, quitando las ganas de tener sexo.
Malos hábitos: Tomar mucho alcohol, comer mal, no ejercitarse, pasar horas sentados afecta nuestra salud; y por ende, nuestra vida sexual.
Hacer un cambio positivo en lo que comes y tomas no sólo te hará ver mejor, sino sentirte mejor y por ende más dispuesta a una vida sexual activa. Está comprobado que hay alimentos que ayudan a disfrutar nuestro placer sexual y que el ejercicio es un gran aliado a la hora de mejorar nuestras relaciones íntimas.
Rutina: La rutina termina muchas veces aburriéndonos. Por más amor que sientas por tu pareja, puede ser que simplemente no tengas interés en tener sexo porque no te sientas atraída físicamente, no quieres más de lo mismo o tu relación está en otro nivel, donde la parte física ya no es lo que los define. Lo importante en este caso es que tu pareja sepa por lo que estás pasando y entienda tu situación. Hay parejas que llevan años sin tener sexo y siguen juntas. Si en cambio quieres tener más sexo, prueba a cambiar un poco la rutina.
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