Según anuncio del presidente de la República, Nicolás Maduro, el 7 de septiembre, la base de cálculo del bono de alimentación subió de 17 a 21 Unidades Tributarias (UT Bs 300 cada una), por lo que pasó de Bs 153 mil a Bs 189 mil. Es decir, un incremento de 24%, con respecto al último aumento realizado en mayo.
De acuerdo con el último informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), en el pasado agosto la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) se ubicó en Bs 2 millones 012 mil 556,55.
El beneficio, que surgió en 1998 para cubrir las necesidades de alimentación de la fuerza laboral del país, solamente permite costear 9% de esa canasta, que reúne los víveres mensuales necesarios para una familia de cinco miembros.
El equipo del diario El Tiempo hizo un recorrido entre el 25 y 26 de septiembre por mercados, supermercados y establecimientos comerciales de la zona norte y constató que el llamado Cestaticket Socialista alcanza para costear sólo 10 artículos de la CAF, más tres de higiene personal.
Del rubro de cereales y sus derivados, se puede comprar un kilo de arroz, de pasta, de harina de maíz y un paquete de pan de sándwich por Bs 55 mil 500 (consultar precios individuales en tabla anexa).
En cuanto a las carnes, mil gramos de res y de pollo suman Bs 44 mil 500. Un kilo de queso y un cartón de huevos se adquieren con Bs 53 mil.
Las hortalizas, la papa y la cebolla también se pueden incluir en la lista por un costo de Bs 10 mil 500.
El costo de los mencionados productos suma un total de Bs 163 mil 500, y, sólo alcanzan para comer una semana, según dijo Carmen Rodríguez, costurera de una fábrica de ropa de Puerto La Cruz.
“Los tickets son mensuales pero rinden para una semana. Los aumentan pero yo no siento que pueda comprar más. Al contrario, cada vez rinden menos”, sostuvo.
Rodríguez manifestó que para comprar café, azúcar, sal, leche, granos, vegetales, salsas, pescado, cerdo, aceite y otros productos de primera necesidad que no se pueden costear con el bono, busca otras entradas de dinero.
“Ahorita para medio comer hay que tener un empleo estable y también rebuscarse. Yo hago arreglos de ropa por mi cuenta y con eso me ayudo. Es muy duro lo que estamos viviendo”, agregó.
Cuidado personal
Del ramo de productos de higiene personal, con el cestaticket se puede comprar una barra de jamón, un detergente en polvo y dos rollos de papel tualé por Bs 25 mil, para totalizar, junto a los Bs 163 mil invertidos en alimentos, Bs 188 mil 500.
Quedan por fuera artículos esenciales como champú, pasta dental, desodorante, afeitadoras, pañales y toallas sanitarias, y para adquirirlos se deben invertir Bs 105 mil 500.
En una reconocida perfumería, Nacarith Rivas, diseñador gráfico, contó que no sólo debe sortear los altos precios, sino también la escasez.
“Cuando cobro, voy a adquirir champú, jabón, desodorante y me encuentro con que no hay. Uno se ve obligado a comprarles a los bachaqueros muchas veces productos que uno no sabe de dónde vienen. Esto es inaguantable”, señaló.
El presidente de la Federación de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), Tito Barrero, señaló que los incrementos salariales y del bono de alimentación, si no vienen acompañados de medidas que realmente controlen la inflación, no tienen efectos positivos en la calidad de vida del empleado.
“Al subir el salario y los beneficios, automáticamente aumentan los precios bruscamente. A diario el costo de la vida sube, por lo que el trabajador ve desmejorado su estatus y lo percibido por su labor no le alcanza”.
El gremialista manifestó que cada día son más las personas que dejan el mercado laboral formal y pasan al informal buscando mejores ingresos.
“70% de la fuerza laboral del estado Anzoátegui no tiene un empleo formal y 13% está actualmente desempleado. El sector público y privado albergan al 17% restante”, dijo el máximo dirigente de la federación obrera en la entidad.
ET