La realidad es que nunca te habías preocupado pero de repente notas que en la oficina, en tu grupo de amigas o en tu familia, los dientes de quienes te rodean son impecables y parecen cada vez más blancos.
Modificar cómo se ve tu sonrisa es una tarea relativamente sencilla porque puedes hacer algunas cosas desde casa.
4 POCIONES MÁGICAS PARA HACER EN CASA
Existen algunas recetas que puedes probar para lograr una sonrisa blanca desde casa.
¿QUÉ EVITAR?
La alimentación y los hábitos, en general, tienen mucho que ver con la coloración del esmalte dental. Por eso, hacemos una listita negra de lo que conviene evitar para que los dientes no se pongan cada vez más amarillos:
Café: Sus propiedades hacen que, a largo plazo, el color de la bebida se adhiera fácilmente a los dientes.
Té: si bien las manchas de té son menos notorias que las del café, también aparecen en el exterior de la placa dental con el paso del tiempo.
Vino: el ácido tánico que contiene provoca corrosiones en el esmalte que afectan el color.
Bebidas: tipo gaseosas o jugos no naturales que, por la alta cantidad de azúcares agregados, son la principal causa de la aparición de manchas en la dentadura.
Frutos rojos: el pigmento se adhiere muy fácilmente a los dientes y provoca manchas.
Verduras: de tono oscuro o anaranjado, como las berenjenas o la remolacha.
Salsas y condimentos: su alto contenido de agentes decolorantes favorece la aparición de manchas y el desgaste del esmalte dental. Las más “peligrosas” son la salsa de soja, la de tomate, el vinagre o el curry.
Caramelos: tienen mucha azúcar y colorantes que pueden generar manchas y caries.
Tabaco: también oscurece el esmalte.
ALIMENTOS ALIADOS
Así como te contamos que algunas verduras manchan el esmalte dental, hay otras que son buenas y ayudan a blanquearlo. Entre estas, están: las peras, manzanas, zanahorias, pepinos, coliflor, lechuga, brócoli y espinaca. ¿La razón? En algunos casos, el contenido de fibra, y en otros, los nutrientes que crean una película protectora en el esmalte de los dientes.
También son buenos los quesos porque sus proteínas y grasas neutralizan los ácidos de otros alimentos, al mismo tiempo que estimulan la producción de saliva (que tiene fósforo y calcio) y, por ende, ayudan a que se remineralice el esmalte. Comer estos alimentos ayuda a conservar el color del esmalte.