Ese tipo, que algún día, en años recientes, enfrentó al “comandante eternamente enterrado” y que logró contar con el apoyo de los demócratas de Venezuela, resultó ser todo un farsante y queda claro que lo único que lo separó del régimen, fue que no lo dejaron utilizar los dineros del país para sus apetencias personales. Luego en un espacio desdibujado pero con marcado ahínco crematístico, logra convencer “lloronamente” al fracasado comandante del error cometido y jura fidelidad por siempre; con el visto bueno recibido desata toda su estrategia macabra de convertirse en el hombre más importante, después del difunto, y eso, por antonomasia de la “ética decreciente” lo lleva a pelear de manera subyacente con el engendro y diablodado por el poder.
Esto, ineluctablemente está ligado a la descomposición moral del régimen; cuestión donde interviene la inefable llave poder – dinero y la pelea se convierte, por filosofía de acción de los comunistas en el poder, en la expoliación del tesoro nacional y en saber el reconocimiento al personaje más del corrupto e impresionante de la historia del país. La pelea es a muerte; muchos manifiestan que diablodado es el más audaz para delinquir integralmente, dicen los que lo conocen, que es desmedido y sin escrúpulos, pero aplica mínimamente en sus ideas algunos aspectos silogìsticos; el engendro y cilia los más rastreros, están metidos en todos los guisos: pequeños, medianos y grandes y no tienen control sobre ellos; el Arias es un poco cauteloso en el gasto, estudia muy bien donde esconder el dinero, pero es un forajido en el control del mismo, no importa de donde venga y todo a su lado debe ser obediencia sobre todo en áreas: como el contrabando, en la contratación de obras públicas y en su relación con las mafias delincuenciales del estado.
Hoy, el Arias, busca votos; no tiene moral para hacerlo, pero tiene “cobre” y mucho, mal habido, ciertamente; eso es normal en todos los personajes del régimen. Regala dinero en efectivo, por cierto, los únicos que tienen acceso al mismo son ellos; ofrecen comida a través del CLAP (solo lo reciben el 3.5% de la población), pero esto es comida para hoy y hambre para siempre; ahora, ¿qué más pueden ofrecer en esta campaña? ¿Podrán resolver el gravísimo problema de los hospitales públicos en donde no hay funcionalidad en ningún ámbito de acción?; ¿podrán darle alimentación a los niños de la educación pública, donde la ausencia escolar supera las escandalosas cifras del 65% de la población escolar porque no tienen los recursos para ir a la escuela?; ¿podrán resolver los problemas agudos del estado en los servicios de agua y electricidad?; ¿podrán solucionar, vías de producción nacional y no a través del negocio del contrabando, el desabastecimiento de alimentos de primera necesidad y de medicinas?. La respuesta es inminente: NO; y aun así este descarado espécimen de la raza humana, pide que le den cuatro años más, porque, según él “aún no ha tenido tiempo de resolver los problemas del estado” ¡qué descarado!; lo único que si resolvió es la consolidación de cuentas supermillonarias en los paraísos fiscales, donde por cierto, hay apuestas abiertas en saber quién la engorda más rápidamente entre los personajes antes precitados (por cierto, que dirá al respecto el Prof. Rodrigo Cabezas, directivo nacional del PSUV). Si se descuida, cuestión en la que no creo, se lo puede ganar, por el tamaño del robo de los dineros públicos, alguien que deviene de su propio gobierno y de su propia calaña.
Estimado lector, El Arias, arruinó al Zulia; la única e indefectible razón de cambio, es Juan Pablo, con él consolidaremos un Estado donde primero, segundo, tercero y siempre, la moral será la razón suficiente para construir una sociedad justa y equitativa; donde la democracia y el respeto a las libertades ciudadanas sea la virtud suprema de la acción colectiva.
DC / Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com